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5 hábitos que parecen buenos pero en realidad destruyen tu piel

Estos hábitos parecen saludables y buenos para el cuidado de la piel, pero en realidad te están causando más daño y provocando problemas.

Cuando se trata del cuidado de nuestra piel y nuestro cabello, existen miles de opiniones, ideas y sugerencas que pueden confundirnos sobre cuál es la mejor rutina, o los productos adecuados para cada problema. Y lo peor es que mientras buscamos a veces cometemos errores que más que ayudarnos a tener un rostro saludable, dañan nuestra piel poco a poco.

Algunos de estos se llegan a volver hábitos, y aunque al principio podría parecer que nos funcionan, con el tiempo las consecuencias son peores y pueden ir desde resequedad hasta el desarrollo de problemas como acné o arrugas prematuras.

Lo peor es que no nos damos cuenta de cuál es el verdadero error, y probamos cosas nuevas intentando obtener resultados distintos. Y para que no sigas dañando tu cutis, aquí te dejamos los hábitos más comunes que debes evitar.

1. Lavar tu cara en exceso

Uno de los tips de Salma Hayek para lucir hermosa después de los 50 años es solamente lavar su rostro por las noches. A pesar de que lo más común es hacerlo por lo menos dos veces al día, la dermatóloga Mona Gohara explicó a Cosmopolitan que lo mejor es imitar a la actriz.

La razón es que, durante las noches, tu rostro no entra en contacto más que con tu almohada, por lo que en realidad no existe una suciedad para eliminar por las mañanas, y el estar limpiándola constantemente puede hacer que tu piel comience a producir más sebo para evitar la resequedad.

Además, en los casos de personas con problemas de acné, rosácea, piel sensible o algún tipo de dermatitis, el estar tallando el área varias veces al día solo hace que se empeore, se irrite y se enrojezca más.

Por otro lado, si usas mascarillas nocturnas o tratamientos específicos que dejas actuar mientras duermes, entonces lo mejor es lavarla también por las mañanas, pero con jabones suaves, de preferencia hidratantes.

2. Usar siempre los mismos productos

A lo largo del año, la textura de nuestra piel va cambiando, y con ella también debería hacerlo nuestra rutina. Por ejemplo, en el verano es normal que se sienta más brillosa y desees usar productos para piel grasa, pero si continúas con ellos hasta el invierno, cuando tu rostro se reseca por el clima, solo lograrás que se vuelva opaco.

Esto no significa que debas comprar productos distintos para cada mes, sino que es necesario identificar cuando podrías complementarlos, sustituirlos o evitarlos definitivamente. Por ejemplo, cuando hace frío es posible que lo mejor sea aplicar varias veces tu crema humectante y lavar tu rostro solo una vez al día, mientras que en la época de calor preferirías lavar tu cutis en la mañana y en la noche, y aplicar crema también un par de veces.

Así mismo, es importante aprender a identificar tu tipo de piel, para elegir los productos que realmente te funcionarán.

3. Cuidar solo tu cara

Sabemos que esta es una de las partes más importantes de tu cuerpo, y que requiere más atención. Sin embargo, de pronto llegamos a olvidar que nuestro cuello también está expuesto a las mismas situaciones de contaminación, rayos solares y suciedad.

Por eso, es importante que cuando realices tu limpieza o apliques tus productos antimanchas o antiedad, los extiendas dando un ligero masaje también a esta área, pues esto te ayudará a mantener la piel más tensa y prevenir arrugas o rollitos en la zona.

4. Usar bloqueador solo una vez al día

Muchos de los problemas que creemos son señales de la edad, como manchas, arrugas o pecas, en realidad pueden combatirse simplemente usando un producto simple: el protector solar.

Y es que los efectos de los rayos UV en nuestra piel son tantos que a veces los confundimos con otras cosas, y no nos damos cuenta de lo que en realidad sucede, puesto que nos conformamos con aplicar SPF en las mañanas.

No obstante, lo correcto es retocarlo por lo menos cada cuatro horas. Para esto no es necesario aplicar la crema, ya que actualmente existen otras opciones como polvo, barra o aerosol, las cuales puedes reaplicar incluso sobre tu maquillaje.

5. El problema con la exfoliación

Este tratamiento cosmético es un paso muy importante en la rutina de belleza, pero de no usarlo de la forma adecuada podría darte más problemas que soluciones.

Por ejemplo, los scrubs, ya sean físicos o químicos, solo deben usarse una vez a la semana como máximo, o cada dos semanas como mínimo. En caso de que abuses de ellos, tu cutis podría volverse demasiado sensible, con brotes o rojeces, debido a que la piel se adelgaza.

Asimismo, procura evitar los exfoliantes con gránulos muy grandes o ásperos, porque pueden ocasionar pequeñas lesiones en la capa superior de la dermis, y en el caso de los productos químicos, nunca los dejes más del tiempo recomendado.

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