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A niño se le cae la piel y uñas por dosis errónea de medicamento

Lucas Vela Paredes sufrió la pérdida de su piel y uñas, luego de que un médico le recetara cuatro veces más la dosis y le provocara el síndrome Stevens-Johnson.

Primero fue una llaga en la lengua, luego en las encías. Así comenzó el calvario para Lucas Vela Paredes.

Aunque al principio les dijeron que se trataba de algo vírico, más tarde, al pequeño se le caería la piel, las uñas y los pezones debido a una dosis errónea de medicamento.

Cristina Paredes, su madre, lo llevó al centro de salud, donde le dijeron que "no se preocupe, es algo vírico".

Sin embargo, por la tarde apareció la fiebre, así que acudió al Hospital de Plasencia, en España, donde les informó acerca de las medicinas que su hijo tomaba para sus crisis de epilepsia.

"Pero nada, decían que era un herpes. No obstante, lo dejaron internado", platicó la mujer a El Mundo

Desde ese momento, Cristina vio como a su hijo iba quemándose la piel, luego "se puso negro", luego se le cayeron las uñas, los pezones y toda la epidermis, incluidas las plantas de los pies, la cara, todo el cabello y el cuero cabelludo.

Más tarde, estuvo a punto de quedarse ciego y al final, casi desahuciado, necesitó de quimioterapias para sobrevivir.

El pequeño fue trasladado en helicóptero a España, al borde de la muerte, según los reportes médicos.

Lucas estuvo 16 días en cuidados intensivos y tuvieron que coserle los párpados, ocho puntos en cada uno, para que la quemazón no terminara consumiendo sus ojos.

El culpable

Todo este sufrimiento fue por culpa de una dosis cuatro veces superior a lo necesario de un antiepiléptico mezclado con otro.

Inmediatamente, los padres reclamaron el fatal error al Servicio Extremeño de Salud.

"Estuvo desde los cuatro años tomando antiepilépticos, nos hacían cada tres meses privaciones de sueño, el error vino por mezclar varios medicamentos de este tipo y por un error de dosis… Y ahora, que lo llevan a Madrid, ni siquiera está tomando antiepilépticos y nos han dicho que quizá no debió tomarlos todos esos años", platicó la mujer.

Gracias al Internet descubrieron lo que tenía

Fue en 2018 cuando un especialista le prescribió 100 miligramos de aquel medicamento que comenzó a quemarlo por dentro, pero en el centro de salud se limitaron a decirle que era un virus.

"No me decían nada, pero gracias a una amiga descubrimos lo que Lucas tenía: ella se puso a mirar por internet y vio fotos de niños con su mismo aspecto".

Se trataba del Síndrome de Stevens-Johnson, una urgencia médica que usualmente requiere hospitalización.

"Cuando llegamos a Madrid los médicos alucinaban con el estado en el que llegó. Le tuvieron que despegar una gasa de la cabeza que llevaba semanas ahí puesta y que no le habían curado".

Por fortuna, Lucas sobrevivió a la terrible experiencia, pero quedó físicamente deformado y con serios problemas renales y hepáticos.

"Ahora no le gusta mirarse al espejo. No ha recuperado alguna de las uñas, ha tenido que aprender a comer con llagas en la boca y tiene una fotosensibilidad brutal, de forma que casi siempre va con gafas de sol", finalizó su madre.

Qué es el Síndrome de Stevens-Johnson

Es un trastorno grave y extraño de la piel y de las membranas mucosas. Generalmente es una reacción a un medicamento o una infección.

Mayo Clinic indica que a menudo comienza con síntomas similares a la influenza, seguidos por una erupción dolorosa de color rojo o morado que se expande y forma ampollas.

Su tratamiento se centra en eliminar su causa, controlar los síntomas y minimizar las complicaciones a medida que la piel vuelve a crecer.

Sus signos y síntomas comprenden los siguientes:

1. Fiebre.

2. Dolor en la piel generalizado sin causa aparente.

3. Una erupción cutánea roja o morada que se extiende.

4. Ampollas en la piel y en las membranas mucosas de la boca, la nariz, los ojos y los genitales.

5. Descamación de la piel unos días después de la formación de ampollas.

Los expertos señalan que la recuperación tras este mal puede llevar de semanas a meses, dependiendo de su gravedad.

Si fue causado por un medicamento, como en el caso de Lucas, se deberá evitar a toda costa la ingesta de dicho fármaco de forma permanente, así como otros directamente relacionados con él.

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