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Le dijeron que su hija estaba “buscando atención”, pero en realidad era una condición letal

A Paul O'Donovan los médicos le dijeron que el comportamiento de su hija se debía a que estaba "buscando atención", pero más tarde descubrirían que tenía algo letal.

Paul O'Donovan y su esposa, Kirsty, sabían que algo estaba mal con su hija cuando repentinamente su comportamiento cambió. Sin embargo, los médicos inicialmente creyeron que solo estaba "buscando atención".

La pareja notó por primera vez que algo no iba bien con Lyla cuando vivían en Paderborn, Alemania.

Ambos se dieron cuenta de que perdía el equilibrio y su condición continuó deteriorándose cuando se mudaron a Barnstaple, Devon, en 2015 por el trabajo de Paul.

Preocupados por la salud de su hija, la llevaron con su médico de cabecera varias veces entre marzo y septiembre de 2016, donde cada visita el médico les aseguró que Lyla no tenía nada.

La pareja platicó que los expertos les dijeron que una infección en el oído estaba haciendo que Lyla perdiera el equilibrio, antes de decir que solo estaba “buscando atención”.

"Al principio comenzaron a decir que era una infección del oído, por eso estaba fuera de balance. Mi esposa seguía diciendo que algo andaba mal con ella", dijo Paul a The Sun

Además, afirman que también culparon a Kirsty de ser “sobreprotectora” y dijo que estaba empeorando la situación.

"Cuando volvimos, dijeron: 'no hay nada de malo en ella, eres una madre sobreprotectora, estás empeorando la situación más de lo que es, realmente no hay nada malo en ella'", agregó Paul.

Paul reveló que tanto el como su esposa, tuvieron discusiones cuando comenzaron a creer que en lo que les decía el especialista y admitió que ahora se siente culpable por no haber escuchado a su esposa e hija.

"Kirsty y yo discutimos mucho sobre eso, estábamos en la garganta del otro. Probablemente empecé a ser un poco más duro con Lyla para ser honesto", comentó.

El mortal diagnóstico

Kirsty decidió llevar a su pequeña a otro doctor, donde una vez más le dieron el visto bueno.

Sin embargo, un médico sustituto señaló las preocupaciones de la mujer y Lyla fue enviada a un hospital para una resonancia magnética.

Fue entonces cuando los padres recibieron el devastador diagnóstico de que su hija tenía un tumor cerebral.

"Cuando la diagnosticaron, el médico nos dijo que Lyla estaba probablemente a una semana de la muerte. El tumor había crecido tanto que se había alojado en el tronco encefálico y hacia la columna vertebral. Era enorme", relató Paul.

Paul explicó que los especialistas no podían creer que la pequeña todavía estuviera caminando y que aún sintiera sus manos y pies.

Tras la detección, Lyla se vio obligada a someterse a una operación para extirpar el tumor y perdió la movilidad de todo su lado izquierdo.

Debido a que su tumor había crecido tanto, se redujo su movilidad y capacidad cognitiva y ahora sufre convulsiones debido a la presión en su cabeza.

Por si fuera poco, ella se recuperó de una parálisis parcial para poder bailar, incluso después de 30 exploraciones de resonancia magnética y nueve operaciones.

"Verla desde cómo era, no poder caminar o incluso mover su pierna, hasta lo que está haciendo ahora es simplemente notable. Muestra lo fuerte que es y lo que está dispuesta a aprender", añadió su padre.

Lyla necesita una silla de ruedas para desplazarse y los médicos no saben cuánto se desarrollará su cerebro.

Ahora la pareja exhorta a otros padres a que estén atentos a sus hijos y los revisen en busca de signos de la enfermedad.

¿Qué es un tumor cerebral?

Es una masa o crecimiento de células anormales en el cerebro. Algunos de ellos son benignos (no cancerosos) y malignos (cancerosos).

La rapidez con la que crece varía dependiendo del índice de crecimiento y de su ubicación.

Mayo Clinic indica que algunas de sus señales pueden incluir:

1. Problemas de equilibrio.

2. Cambios en la personalidad o el comportamiento.

3. Dolores de cabeza que gradualmente se vuelven más frecuentes y más intensos.

4. Náuseas o vómitos inexplicables.

5. Problemas de la visión, como visión borrosa o doble.

6. Dificultades del habla.

7. Convulsiones.

8. Problemas auditivos.

Sus causas no resultan claras, pero se cree que la exposición a la radiación y los antecedentes familiares de tumores, puede ser dos de ellas.

Su tratamiento dependerá del tipo, el tamaño y su ubicación, así como del estado de salud del paciente y sus preferencias.

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