Un estudio reciente reveló que algunos metales tóxicos podrían encontrarse en la comida de los bebés.
La investigación publicada por la organización Healthy Babies Bright Futures asegura que el 95 % de los alimentos infantiles que actualmente circulan en Estados Unidos, contienen metales pesados como el arsénico, el plomo, el cadmio y el mercurio.
El análisis fue realizado por Jane Houlihan, Directora de la Investigación, y Charlotte Brody, Directora Nacional de Healthy Babies Bright Futures.
Según las expertas, se realizaron pruebas en 168 alimentos para bebé producidas en Estados Unidos, de las cuales el 95 % contenían plomo, el 73 % arsénico, el 75 % cadmio y el 32 % mercurio. Una cuarta parte de estos contenía los cuatro metales pesados.
"Los metales pesados se hayan de forma natural en suelos y agua, y se encuentran en niveles elevados en los campos de cultivo que se han contaminado con pesticidas, algunos fertilizantes, contaminantes atmosféricos, y operaciones industriales", explica el análisis.
"Los cultivos alimenticios absorben estos metales de forma natural. Vegetales de hoja verde y cultivos de raíz como zanahorias y camotes, retienen más estos contaminantes que la mayoría de otros tipos", agregó.
Asimismo, el estudio arrojó que los alimentos con el mayor riesgo de daño neurotóxico fueron el cereal, las barras o galletas de arroz inflado, las galletas para bebés que están dentando y los jugos de frutas.
"Aunque sean pequeñas cantidades encontradas en la comida, estos contaminantes pueden alterar el cerebro en desarrollo y socavar el coeficiente intelectual del niño. Este impacto se va acumulando con cada comida o bocado que consume un bebé", dijo el informe.
¿Qué pueden hacer los padres?
La organización sugiere comprar a los bebés cereales bajos en arsénico, como avena y cereales multigrano, y bocadillos envasados sin arroz.
Mientras que para aquellos que están dentando, se aconseja un plátano congelado para aliviar su dolor.
Aunque a menudo el jugo de frutas es la bebida preferida de los pequeños, la Academia Estadounidense de Pediatría indica que el agua y la leche son la mejor opción, dependiendo de la edad del niño.
Los bebés menores de seis meses solo necesitan leche materna. Las bebidas preferidas para el segundo año de su vida deben ser agua y leche entera.
Y, entre los dos y cinco años, los padres deben pasar a la leche descremada o baja en grasa y seguir promoviendo el agua para hidratar a sus hijos.
Se necesitan medidas urgentes
Las investigadoras advirtieron que se necesitan medidas urgentes por parte de las principales compañías de alimentos de bebés y de la Administración de Alimentos y Medicamentos.
Si bien la FDA ha estado investigando cómo disminuir la exposición y algunos niveles de arsénico en el arroz y el jugo, la exposición aún es demasiado alta.
"Cuando la FDA actúa, las empresas responden. Necesitamos que la FDA use su autoridad de manera más efectiva y mucho más rápida para reducir los metales pesados tóxicos en los alimentos para bebés", concluyó Houlihan en el comunicado.
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