En la actualidad, Jacqueline Bracamontes puede presumir de un matrimonio feliz y estable, y de la hermosa familia que ha construido junto a su esposo, Martín Fuentes, y sus cinco hijas: Jacky, Caro, Renata, Paula y Emilia.
Sin embargo, antes de conocer al amor de su vida, la presentadora y actriz tuvo varias relaciones, algunas de ellas muy sonadas como el romance con Valentino Lanús o con el futbolista Francisco “Kikín” Fonseca, y hubo una en especial que la marcó por siempre.
Durante una charla en el programa Netas Divinas, Jacky confesó que estuvo en un romance tóxico, en el que sufría de violencia verbal, situación que la llevó al límite y a sacar lo peor de sí misma.
La conductora explicó que en una ocasión su expareja, de quien no reveló la identidad, comenzó a gritarle e insultarla, ella perdió la paciencia y le respondió con manotazos.
“Una relación de violencia verbal, de quererme hacer menos, para él sentirse más, pero en una de esas, él seguía diciéndome (insultos), que yo, de verdad soy muy tranquila, y aguanto, respiro, trato de calmarme… pero me sacó de mis casillas y empecé ‘vete, cállate’, empecé a pegarle, yo a él, pero imagínate cuánto tiempo tenía ya pasando esto”, relató Bracamontes.
Jacqueline indicó que los golpes que le propinó a su ex no fueron con fuerza, solo manotazos con la intención que terminara con sus insultos y reclamos.
De acuerdo con el sitio Psicología y Mente, la violencia verbal puede generar un gran daño en la persona que es blanco de estos ataques, puede producir ansiedad, depresión, baja autoestima, problemas de adicciones o trastornos alimenticios.
Además, este tipo de violencia está asociada con las agresiones físicas o abusos sexuales en la pareja.
Las agresiones verbales comúnmente se normalizan, vienen acompañadas de un trato hostil al que la persona agredida se acostumbre y muchas veces también las personas que la rodean, como hijos, familiares y amigos.
Este tipo de agresión no deja huellas visibles, sin embargo, las marcas que deja a nivel psicológico y emocional pueden ser muy profundas y permanentes.
El sitio especializado brinda una lista de rasgos que suelen tener los agresores verbales y emocionales, y a los que hay que estar alerta:
-Son autoritarios y necesitan tener al otro dominado.
-Se ganan la confianza de su pareja y tienen una actitud pasivo-agresiva al principio.
-Son de mente cerrada e inflexibles.
-Tratan a los demás como si fueran inferiores.
-No reconocen sus errores, siempre tienen la razón.
-Son chantajistas, hacen sentir culpable a su pareja.
-Son mentirosos, egoístas y narcisistas.
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