Hacerse un tatuaje es una decisión que no debe tomarse a la ligera, pues podrías quedar inconforme con el resultado.
Para muestra de ello, un joven de 21 años que, una semana después de hacérselo, decidió quitárselo con un rallador de queso, sin preocuparse por el dolor que ello conlleva y el riesgo que implicaba para su brazo.
Aunque la historia sucedió en 2017, fue apenas esta semana que su amigo Matías Costa compartió la anécdota en su perfil de Twitter y contó que "un amigo se tatuó y como no le gustó el tatuaje se lo quitó con un rallador de queso. Sí, un rallador de queso".
En las imágenes compartidas se puede ver una foto de su amigo con el tatuaje intacto, en la segunda, tercera y cuarta fotografía el rallador y las consecuencias del doloroso raspaje que se hizo con el utensilio de cocina.
"Me hice el tatuaje y a la semana quise inscribirme para ingresar en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Si bien en los requisitos de la web no aparece, me comentaron que no podía trabajar con tatuajes visibles. Esto ocurrió en agosto de 2017. Yo tenía 19 años", platicó el hombre que no quiso revelar su identidad, a Infobae.
El joven de Argentina señaló que otro de sus motivos tuvo que ver con lo estético, pues "soy muy detallista y no me había gustado cómo quedó el tatuaje. Entonces busqué en Youtube maneras de borrarlo".
El hombre platicó que primero probó con una piedra pómez, pero no obtuvo resultados. Entonces continuó con el rallador.
"Me dolió y sangró muchísimo. Tenía que vendármelo constantemente y colocarle desinfectante y antiséptico. A la semana fui a un hospital y me dieron la vacuna antitetánica", relató.
"En el momento me arrepentí, claro que sí. Pero cuando vi que se había borrado mucho no me preocupé. Eso sí, no se lo recomiendo a nadie", finalizó.
Los riesgos para la salud
Diego Staropoli, dueño de un establecimiento de tatuajes, explicó al portal antes citado que "es muy riesgoso y es posible que le quede una mancha en el lugar para toda la vida. Hacerlo de esta forma es peor porque el tatuaje se adhiere a un par de capas de piel abajo".
Por su lado, Michelle Cayol, tatuadora y miembro de Poison Heart Tattoo, afirmó que no es la primera vez que ve un caso así, ya que en una ocasión tuvo un cliente que se lo quiso quitar con una plancha hirviendo.
"Eso lo hacían muchas personas que necesitaban entrar a las fuerzas de seguridad y se borraban los tatuajes de la forma que sea", apuntó.
De acuerdo con Ink Laser, una persona que se quita un tatuaje de forma casera puede quedar con infecciones cutáneas, quemaduras, cicatrices y enfermedades que ya no tienen solución.
La salabrasión, el uso de peróxido de hidrógeno e incluso máquinas para pulir metales son algunas de las peligrosas técnicas que se han encontrado en la red.
Actualmente, el tratamiento con láser es la única alternativa segura para su eliminación.
A través de él, se elimina la tinta de una zona específica con la ayuda de tecnología láser. Este actúa fragmentando las partículas de pigmento que permiten que el organismo las reabsorba y las elimine posteriormente.
Tatto Cleaners señala que se requieren de ocho a 15 sesiones para borrarlos completamente.
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