En muchas familias, los hijos de en medio pueden sentirse perdidos entre sus demás hermanos, ya que no tienen los logros que experimentan los primogénitos ni acaparan la atención como lo hacen los hijos menores.
Esto puede provocar que los niños se sientan excluidos e incomprendidos, un fenómeno conocido como el síndrome del hijo de en medio, de acuerdo con el sitio Parents.
El orden de nacimiento de los hijos puede influir en algunas características de su personalidad, por ejemplo, los mayores suelen ser personas confiables, perfeccionistas y más conscientes, ya que los padres los criaron con el mayor cuidado y atención, pero también fueron más exigentes con ellos.
Por otra parte, los progenitores suelen ser más relajados cuando se trata de los hijos más pequeños, por lo que pueden desarrollarse como personas más extrovertidas, amables y tener menos complicaciones.
Sin embargo, en el caso de los hijos de en medio, puede ocurrir que no tengan las exigencias que los padres tuvieron con los hijos mayores, pero tampoco los mimos y cariños que ocurren con los más chicos, por los que se sienten excluidos y hasta descuidados.
De esta manera, los hijos de en medio pueden desarrollar una personalidad rebelde o complaciente para compensar la falta de atención. Su personalidad en muchas ocasiones está basada en la personalidad de sus hermanos mayores, para generar conductas contrarias.
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“Los hijos de en medio a menudo llegan al extremo para llamar la atención, por eso algunos se tiñen el cabello de púrpura o se vuelven fanáticos de un grupo musical particular, porque necesitan realmente una identidad”, señaló Meri Wallace, una terapeuta infantil y familiar.
En muchas ocasiones, su personalidad se torna más independiente y realista, buscando relaciones sociales fuera de la familia en grandes círculos sociales o con amistades muy unidas.
En la edad adulta, si los hijos de en medio se sintieron descuidados durante su infancia, pueden tener problemas de codependencia y baja autoestima, o presentar conducta rebelde con problemas de autoridad.
Para evitar que los niños sufran el síndrome del hijo de en medio, es necesario que los padres les presten la misma atención que a sus otros hijos, para evitar que se sientan excluidos y tengan un mal comportamiento.
Pueden prestarles incluso más atención en algunas ocasiones, enfocándose en ellos en cenas familiares, pasando tiempo a solas con ellos y mostrando interés en sus actividades, para que de esta forma no se sientan perdidos entre sus hermanos.
Fomenta las diferencias entre ellos de forma positiva. Aunque el hijo de en medio pueda mostrar interés por seguir los pasos de sus hermanos mayores, es bueno que lo alientes a encontrar sus propias pasiones y talentos, de esta manera se evitan sentimientos de competencia.
Evita heredarles cosas de sus hermanos mayores en la medida de lo posible, ya que todos los niños quieren sentirse especiales y un detalle tan simple como un suéter o un juguete nuevos pueden ser de mucha ayuda.
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