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¿Estás abusando emocionalmente de tus hijos? Estas señales indican que sí

El abuso emocional no presenta signos visibles como la violencia física, pero puede ser igual de dañino a corto y largo plazo. Aprende a identificarlo y evitarlo.

Los menores son personas vulnerables que aún no están en la capacidad de tomar decisiones por sí mismos o de enfrentar ciertos problemas con las mejores herramientas, pues aún no las han aprendido, por eso suelen ser víctimas de abusos físicos y psicológicos en lugares como la escuela e incluso el hogar.

El abuso emocional puede ocurrir de muchas maneras y los perpetradores pueden ser los padres, los abuelos e incluso los hermanos.

Como no presenta signos visibles como el abuso físico, este tipo de problema es difícil de identificar, pero las consecuencias a corto y largo plazo pueden ser igual de significativas y graves.

Los niños pueden desarrollar un sentido de culpa y remordimiento inapropiados, ya que se sienten responsables por el abuso que se comete en su contra y por provocar cambios en el estado de ánimo del abusador.

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De acuerdo con la psicóloga Yusimí Sijo, la manipulación emocional genera una dependencia emocional y afectiva que los niños repiten en sus relaciones sociales.

Los insultos, los apodos ofensivos, el control extremo de sus actividades, el aislamiento o exclusión son las formas más comunes de abuso emocional.

“Los menores de edad víctimas de abuso emocional usualmente muestran comportamientos erráticos, son propensos al aislamiento social, experimentan ira incontrolable, irritabilidad, extrema pasividad o irascibilidad en su interacción con otros adultos o niños, aprensión, dificultades con la atención sostenida y la concentración, dificultades académicas, ausentismo, tristeza, ansiedad y una propensión a retraerse”, dijo Sijo al sitio Yahoo!

Otro signo que se manifiesta con frecuencia entre niños que son abusados emocionalmente es que muestran un miedo real hacia sus padres o que diga verbalmente que los odia.

Los padres pueden presentar conductas que generan abuso y pueden no saberlo, como mostrar poco respeto por el niño, tratarlo de forma peyorativa, no sostenerlo de manera cariñosa y no atender sus necesidades médicas.

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