Cuando un nuevo bebé llega a casa es motivo de alegría e ilusión, y cuando se trata de una niña muchas veces los padres desean protegerlas al máximo y se vuelve más sentimentales y cuidadosos.
De acuerdo con Harvard Business School, los hombres que tienen niñas experimentan más cambios positivos en sus vidas que aquellos que tienen hijos varones. Algunos de estos son que se vuelven más cariñosos, viven más tiempo, se tornan protectores, se preocupan por el mundo y se convierten en un pilar en el desarrollo de sus pequeñas, pero esto no siempre resulta del todo bueno.
La psicóloga Jennifer L. Hartstein explica que cuando hay sobreprotección hacia las niñas pueden desarrollar el “síndrome de princesa”, que consiste justo en hacerles creer que viven en un mundo de cuento de hadas, en el que ellas deben tenerlo todo y siempre habrá alguien dispuesto a resolver sus problemas, de acuerdo con VIX.
No toda la culpa es de papá y mamá ya que las niñas también adoptan estas ideas equivocadas por medio de las películas, las caricaturas, los estereotipos de la sociedad y las redes sociales.
Lo más preocupante de este síndrome es que las niñas pueden llegar a tener una concepción equivocada del mundo y la realidad, al ponerse a ellas mismas como el “centro del universo” y pensando que todo y todos los demás tienen menor importancia.
Otro aspecto que puede ser peligroso, sobre todo durante la adolescencia, es la imagen que tengan de ellas mismas, su concepto de belleza y los estereotipos que las niñas con este problema sienten la necesidad de cubrir.
Esta urgencia por ser “perfectas” puede generar problemas como ansiedad, depresión y trastornos alimenticios.
Algunas de las recomendaciones para revertir el “síndrome de princesa” es inculcar en las niñas buenos valores desde que son pequeñas, enseñarles a respetar a los demás y a valorar todo lo que sus padres les proveen, sea mucho o poco.
Los padres también deben mostrarles que el esfuerzo tiene recompensas y que conseguir las cosas por sí mismas tiene más valor.
En cuanto al “príncipe azul”, las niñas que están en la pubertad y adolescencia deben estar conscientes de que ese es solo un personaje creado para la ficción, más no algo que sucederá en la vida real.
La ayuda y los cariños de los progenitores siempre serán de mucha importancia en la crianza de las pequeñas, sin embargo, hay que moderarlos y permitir que se valgan por ellas mismas, vivan sus propias experiencias y tengas todas las herramientas necesarias para triunfar y ser felices.
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