Además de los problemas familiares y de pareja que pueden desencadenar las infidelidades, en algunas jurisdicciones de Estados Unidos estas faltas podrían costar penalizaciones monetarias y hasta estadías en la cárcel.
Hay lugares en los que las leyes todavía son influenciadas por la religión y la infidelidad es considerada una ofensa grave. En países de Medio Oriente todavía hay penas de encarcelamiento, castigos públicos, monetarios y exilio para aquellos que se atrevan a tener una aventura amorosa.
En Estados Unidos son siete los estados en los que también existen códigos acerca de esta falta, de acuerdo con Insider.
En Oklahoma el adulterio es un delito grave que se puede pagar hasta con cinco años de prisión, una multa de hasta 500 dólares o ambas.
La jurisdicción también prohíbe que tras el divorcio los involucrados puedan salir en una cita amorosa los 30 días posteriores a la separación o volverse a casar dentro de los próximos seis meses.
Dakota del Sur tiene una ley de “alienación de afectos”, que permite que una persona casada que fue engañada demande al hombre o mujer con la que su pareja le fue infiel.
El estatuto fue creado durante el siglo XVII, cuando las mujeres eran consideradas propiedad de los hombres, y en este caso el fiscal no tiene que demostrar que los involucrados tuvieron relaciones sexuales, solo que estaban implicados en una relación extramarital.
En Nuevo México su ley sobre infidelidad es menos estricta, en 2010 el juez Alan M. Malott describió así dicho código: “Se aceptó que 'una sociedad libre y democrática debe tolerar ciertas conductas ofensivas, así como algunos comportamientos desagradables o moralmente desviados' y que la aplicación del agravio de infligir intencionalmente angustia emocional o ultraje debe limitarse solo a las más excepcionales circunstancias”.
La ley de “alienación de los afectos” en Mississippi si sigue utilizando con mucha frecuencia para llevar al cónyuge infiel frente a un tribunal, a pesar de haber sido aprobada en 1926.
Las personas que hacen la demanda pueden argumentar “haber sido privadas por error de los servicios, la compañía y el consorcio de su cónyuge porque otra persona interfiere voluntariamente con la relación matrimonial”.
De comprobarse la falta el infiel debe pagar la cantidad que el jurado dictamine a su pareja.
En Illinois la infidelidad está calificada como un delito de Clase A y se paga con hasta un año de prisión y/o una multa de máximo 2,500 dólares.
En Hawái la ley se conoce como “enajenación de afectos” y sigue vigente, aunque en los últimos años no se ha presentado un solo caso.
Carolina del Norte protege a las personas que han sido víctimas de infidelidad y les permite hacer justicia de forma financiera.
Los demandantes pueden proceder tanto por daños compensatorios como por daños punitivos; en uno de los casos más populares, un esposo engañado recibió 8.8 millones de dólares. Se estima que alrededor de 200 casos de enajenación de afectos se presentan en Carolina del Norte cada año.
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