Mercedes Casanalles, una mujer originaria de El Salvador, vivió una de sus peores pesadillas cuando le dieron al bebé equivocado después de haber dado a luz y tuvo que descubrirlo a través de una prueba de ADN.
La mujer conoció a su esposo Richard Cushworth en Dallas, y tras quedar embarazada tuvo que volver a su país natal pues su visa temporal estaba por expirar y no había obtenido aún su residencia.
La fecha que tenía planeada para dar a luz era en junio de 2015, sin embargo, el doctor Alejandro Guidos del Hospital Centro Ginecológico de San Salvador le dijo que tenían que practicarle una cesárea de emergencia en mayo.
El bebé pasó su primera noche en la enfermería del hospital debido a que había nacido prematuramente, pero al día siguiente le entregaron a Casanalles un menor que no era suyo.
Las características del bebé que le dieron no correspondían a las que ella había visto en su hijo antes de que lo llevaran a la enfermería, ya que tuvo la oportunidad de sostenerlo en sus brazos y darle un beso por unos minutos antes de que las enfermeras lo retiraran.
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“Lo trajeron de vuelta a la hora del almuerzo y les pregunté por qué se veía diferente. Su piel era más oscura, sus rasgos faciales eran diferentes, su nariz, sus cejas. Me dijeron que era porque era un recién nacido y estaba hinchado, pero que iba a cambiar”, dijo la madre al Daily Mail.
Durante los siguientes meses, los rasgos del bebé no coincidían con los de sus padres, ya que Richard es un hombre caucásico de Inglaterra y Mercedes tiene la piel clara, por lo que su familia comenzó a hacer observaciones.
A su regreso a Dallas, Texas, la mujer seguía pensando que su hijo no era realmente suyo, por lo que tomó la decisión de realizarle una prueba de ADN que confirmó sus sospechas.
A través de una investigación se pudo dar con el paradero de Moses, quien estaba siendo criado por otra familia que tampoco se había dado cuenta que le habían cambiado a su bebé.
Aunque la pareja pudo recuperar a su hijo, se tuvieron que despedir de Jacob, a quien habían criado por varios meses como si fuera suyo, un proceso que fue duro para la familia.
“Nos apresuraron y tuvimos que ir rápidamente, apenas tuvimos tiempo para despedirnos. Lo entregamos con toda su ropa. Esa fue la parte más difícil de toda la situación”, dijo Mercedes a la BBC.
Para poder llevar a su hijo Moses a los Estados Unidos, la pareja tuvo que enfrentarse al papeleo en El Salvador en un proceso que duró aproximadamente nueve meses y casi los deja en la bancarrota, pero recibieron la ayuda del embajador británico en aquel país, Bernhard Garside.
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