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Su neumonía se convirtió en sepsis y ahora no puede caminar, hablar ni comer

Bryan Bru fue llevado al hospital para tratar su neumonía, pero pocos días después, se convirtió en una sepsis que le impide comer, caminar y hablar.

Grainne Mccullough creyó que la infección viral de su hijo no era nada grave, pero solo un día después, la condición de su pequeño empeoró.

Tres días antes, Bryan Bru fue llevado al hospital para tratar su afección, pero tan solo unas horas después de volver a casa, sufrió una convulsión.

"Al principio tomó muchos líquidos y nos enviaron a casa desde el Hospital Nuestra Señora de Lourdes después de solo tres días, pero al día siguiente estaba realmente cansado y pálido", comentó la mujer a The Sun.

"Comenzó a vomitar e incluso tuvo una convulsión. No podía respirar", agregó.

En ese momento, su padre lo llevó al hospital local donde le diagnosticaron sepsis, que fue provocada por una neumonía y colitis en el estómago.

La sepsis es una enfermedad grave que ocurre cuando el cuerpo tiene una abrumadora respuesta inmunitaria a una infección bacteriana.

Esto causa un pobre flujo sanguíneo, lo que priva a los órganos de nutrientes y oxígeno. En el peor de los casos, la presión arterial baja y el corazón de debilita, lo que lleva a un shock séptico, según Medline Plus.

Aunque cualquier persona puede presentarla, el riesgo es mayor en:

1. Personas con sistemas inmunitarios debilitados.

2. Bebés y niños.

3. Adultos mayores.

4. Pacientes con enfermedades crónicas, como diabetes, cáncer y enfermedad renal o hepática.

5. Personas que sufren de una quemadura severa o trauma físico

Algunos de sus síntomas incluyen: fiebre, escalofríos, respiración rápida y ritmo cardiaco acelerado, sarpullido, confusión y desorientación, de acuerdo al sitio antes citado.

Las personas con sepsis suelen ser tratadas en unidades de cuidados intensivos de un hospital. Los expertos intentan tratar la infección, mantener los órganos vitales y evitar una caída en la presión arterial.

La enfermedad dejó a Bryan luchando por su vida, pues su corazón y riñones estaban bajo una presión extrema. Los médicos tuvieron que poner al niño en soporte vital para ayudarlo a combatir la infección.

Bryan fue traslado al Hospital de la Universidad de Niños de Temple Street en Dublín, donde permaneció diez días en cuidados intensivos pediátricos.

"Los médicos me dijeron que no se veía bien y nos enviaron un sacerdote a la sala de espera del hospital", platicó Mccullough.

Debido a las advertencias de los especialistas "nadie esperaba que sobreviviera. Dijeron que la diálisis podría matarlo, pero también era lo único que podía salvarlo, así que tuvimos que intentarlo".

Pero, por si el sufrimiento por el cual estaban atravesando no era suficiente, los doctores les informaron que Bryan tenía un nivel de ácido tan alto que estaba restringiendo el oxígeno en su sangre y cerebro.

Además, mientras estaba con el soporte vital, una resonancia magnética fue realizada a Bryan y reveló cambios en los ganglios basales de su cerebro, el encargado de controlar el movimiento.

Fue entonces que los expertos le explicaron a la mujer que su hijo nunca podría volver a caminar.

"Mi mundo se derrumbó, estaba tan asustada, internamente asustada principalmente por Bryan. Pero a pesar de todas las probabilidades, la diálisis de Bryan le salvó la vida y logró salir", confesó Grainne.

Finalmente, Bryan pudo regresar a casa con un pronóstico de daño renal, cardíaco y cerebral en los cuidados paliativos.

Para dedicarse completamente a su hijo, Grainne dejó su trabajo como asistente de atención médica y se divorció del padre de Bryan, con quien estuvo siete años casada.

"Bryan y yo hemos tenido que adaptarnos mucho porque tiene muchos problemas con el dolor y no tiene equilibrio", explicó.

"Se arrastra por el suelo para moverse, siente dolor, se frustra mucho y solo duerme de cuatro a cinco horas por noche", añadió.

Ahora, Grainne espera que su hijo reciba atención especial para su enfermedad, que le causa molestia y problemas para tragar.

"Las listas de espera son horrendas aquí y él necesita atención especializada para su corazón y otros problemas", detalló.

"Bryan está bajo un pediatra privado en Irlanda del Norte, que lo ha enviado con especialistas, para lo cual estoy recaudando fondos", compartió.

A través de "Go Fund Me", Grainne ha recaudado US$26,731 para el tratamiento de su hijo, e incluso el luchador irlandés Conor McGregor donó US$11,138 a la causa.

La mujer pide a otros padres que siempre escuchen su instinto y estén más conscientes de los síntomas de la sepsis.

"Puede suceder tan rápido y las tasas de mortalidad son altas. Mientras más conciencia haya, más niños podrán salvarse", finalizó.

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