La cultura japonesa es admirada en el mundo por actuar siempre de forma tranquila, controlada, respetuosa, sobre todo en momentos de estrés o frente a las adversidades.
Esta misma manera de proceder se puede observar en los niños japoneses, quienes siempre lucen relajados, obedientes y afectuosos, pero ¿cuál es el secreto de sus padres para conseguir este efecto en los más pequeños?
Estos niños evitan los berrinches por diversas razones, una de ella, y tal vez la más importante, es la relación que establecen con los adultos mayores, sus abuelos o personas de la tercera edad con las que tienen contacto, de acuerdo con la revista BBMundo.
Japón es una de las naciones que más valora la sabiduría de los ancianos, les muestra respeto y sobre todo se encarga de sus cuidados.
La convivencia que hay entre las personas de edad avanzada y los niños es un vínculo clave para que los pequeños aprendan de valores y del comportamiento en la sociedad.
Otro factor que influye en la conducta de los menores es la manera en la que los adultos se dirigen hacia ellos, sin gritos ni groserías.
La crianza de estos niños está basada en el respeto hacia la autoridad que representan los padres. Cuando el pequeño ha hecho algo mal basta con un gesto o una mirada como reprimenda. Sin golpes ni malos tratos.
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Para que los infantes comprendan el valor de las cosas y aprendan a cuidar sus pertenencias los adultos intentan sensibilizarlos. Por ejemplo, si han roto algún juguete el padre no le dice “¡lo rompiste!”, se dirige hacia el objeto como si fuera un ser diciendo, “le hiciste daño”.
El respeto es el valor principal en la crianza de estos pequeños, al ver cómo es el trato entre los adultos, los menores copian estas actitudes. Una manera de hablar calmada, usar palabras de cortesía y evitar los conflictos frente a los hijos es otro de los secretos para la crianza.
Estos infantes van descubriendo el mundo por medio de los relatos de sus padres, abuelos y profesores. Las historias de generaciones pasadas les brinda una sensación de pertenencia y seguridad que los mantiene tranquilos y seguros.
No es que ningún niño japonés haya protagonizado un berrinche en algún momento, claro que ha ocurrido, la diferencia está en la manera en la que el pequeño califica su propio comportamiento y lo evita al saberse miembro de una sociedad que no actúa de esa manera.
Si deseas que tu hijo adquiera esta habilidad lo más recomendable es que debas empezar con observar tus propias conductas, tu manera de comunicarte, el lenguaje que utilizas y el respeto que le brindas a los demás. Recuerda que los hijos son el reflejo de sus padres.
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