Cuando llega la noche y es momento de llevar a los niños a la cama se puede desatar un verdadero caos en casa. Si un pequeño no descansa de manera correcta lo más probable es que al día siguiente esté irritable, sin energía y con poco ánimo de realizar sus actividades.
Además, de acuerdo con Guía Infantil, pueden desarrollar déficit de memoria, dolores de cabeza, disminución en sus reflejos y coordinación motora y, por si fuera poco, sus defensas se debilitan por lo que están más propensos a contraer enfermedades.
Es posible mandar a los niños a la cama, sin embargo, los padres también deben comprometerse tomando algunas medidas para favorecer la rutina del sueño, algo que resultará un beneficio para toda la familia.
Estos son 5 consejos que brinda VIX para hacer que tus hijos duerman temprano:
1. Establece una rutina
Las rutinas son necesarias en todos los aspectos de la vida de los niños ya que les da estabilidad y sirven de guía.
Establecer una para la hora de dormir es muy sencillo, basta con marcar algunos pasos como el momento de tomar la cena, cepillarse los dientes e irse a la cama. Es cuestión de tiempo para que los pequeños se acostumbren y logren realizarla por sí solos.
2. Apagar las pantallas
Los especialistas recomiendan apagar el televisor y los dispositivos móviles por lo menos dos horas antes de ir a dormir, ya que la exposición a la luz que irradian estos aparatos evita la producción de melatonina, hormona que interviene en el ciclo natural del sueño.
3. Crea un ambiente tranquilo
Es aquí donde los padres deben mostrar su compromiso ya que deberán hacer poco ruido, apagar algunas luces y dejar algunas actividades para el día siguiente.
Mantener orden en la habitación también ayuda a que los niños se relajen y estén libres de distractores.
4. No lo presiones
Los gritos y amenazas no servirán si lo que deseas es que se relajen y se vayan a la cama. Poner en práctica la rutina e ir quitando cosas o situaciones que los estimulen los ayudará a poner su propio horario para meterse entre las cobijas.
5. Esfuma sus miedos
Algunos niños detestan la hora de ir a la cama porque es en ese momento donde aparecen sus miedos, por ejemplo, el temor a la oscuridad, a los ruidos nocturnos, a los que hay debajo de la cama, etc.
No debes ignorar estos temores naturales de los pequeños, lo recomendable es hablar con ellos tranquilizarlos e intentar hacer que se sientan seguros.
Coloca una lámpara de noche en su habitación, explícale que ese crujido que lo aterroriza es solo un rechinido de la puerta y muéstrale que no hay ningún monstruo debajo de su cama.
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