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3 señales de que tus hijos pueden tener problemas de dinero, ¡por tu culpa!

Tú puedes prevenir que tus hijos tengan problemas de dinero cuando sean adultos, y "la herencia" no es la respuesta. Mira aquí cómo hacerlo.

La educación en el hogar no se limita a buenos modales en la mesa, o a respetar a los vecinos o a guardar la compostura en lugares públicos. En casa también se aprende a manejar las finanzas y a administrar el dinero.

Muchas de las decisiones financieras de los hijos se toman con base en lo aprendido de sus padres, y sí, eso también es una valiosa enseñanza que los puede ayudar a tener una estabilidad en sus bolsillos durante su vida como adultos.

Los siguientes consejos son para detectar los hábitos de gastos en los niños y así poder guiarlos para que entiendan cómo funciona el dinero.

Esto les será de gran utilidad en su vida adulta y será fundamental para saber cómo adquirir deudas razonables y aprender a manejar su presupuesto desde ahora.

Mira también: Cómo hablar de finanzas a los niños. Nunca es demasiado temprano para empezar

El gasto impulsivo

Hay que observar los rasgos de carácter de los hijos, pues eso determina en gran medida su manera de gastar.

Conocer el carácter de los hijos ayudará a aconsejarlos y a ejercitarlos para cubrir sus puntos débiles y fomentar sus áreas fuertes de personalidad, incluso en lo financiero.

Los niños con personalidad generosa van a tener una tendencia a gastar demasiado y sin muchas contemplaciones.

Si los pequeños son impulsivos e indisciplinados, financieramente tendrán la inclinación en su vida adulta a gastar rápidamente su dinero que tengan en las manos.

Otra personalidad común en los niños es ser cauteloso, temeroso, y eso, en la edad adulta, se puede traducir en no querer tomar riesgos en inversiones a largo plazo.

Estas tendencias serán más evidentes en la adolescencia, cuando los hijos tienen más contacto y manejo de dinero y toman ciertas decisiones importantes.

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¿Hablar o no de dinero con los hijos?

Mucho se dice de la educación emocional, orientación sexual y otros temas fundamentales para el desarrollo de los hijos. Pero pocas veces se incluye a la educación financiera en esa formación.

Es bueno, como padres, ser abierto con los hijos cuando se trata de finanzas, de esa manera ellos irán aprendiendo desde su infancia a administrar sus bienes. Si no se habla de esto con ellos, ¿cómo van a aprender?

Hay expertos en el manejo del dinero, como Chris Matteson, asesor financiero y propietario de Integrated Planning Strategies en Edmond, Oklahoma, que han compartido su experiencia de educación financiera con sus hijos.

Matterson comenta que él y su esposa les dan a sus hijos regularmente una pequeña cantidad, eso sumado a los regalos que reciben de su familia por sus cumpleaños o por días de fiesta.

Chris y su esposa les permiten a los dos pequeños administrar su dinero libremente, pero antes de que lo gasten, estos padres les dan una serie de consejos para pensar en las consecuencias positivas y negativas del gasto o inversión que pretenden hacer.

El tema del dinero en la familia Matterson no es un tabú y la pareja lo pone en la mesa cada que hay una oportunidad.

Los propios hábitos financieros

¿Cuál es el mejor indicador para saber si los hijos tendrán o no problemas con el dinero en su edad adulta? Mirarse en un espejo.

La lección fundamental la conocemos todos: predicar con el ejemplo. Si como adulto acumulas deudas y en casa no existe un presupuesto familiar mensual, los hijos se inclinarán a reproducirlo en su vida adulta.

Si realizas compras impulsivas y tu estilo de vida va más allá de tus ingresos reales, eso mismo aprenderán los hijos y probablemente lo harán también como adultos.

La educación financiera en los niños no tiene que ver con el nivel de ingresos, sino con el manejo de lo que se tiene y cómo se les explica a los hijos las decisiones monetarias que se toman.

Dos buenas recomendaciones

Primero. Hacer énfasis de que el trabajo se puede convertir en dinero. Mientras más sea el esfuerzo, mejor será la recompensa. Esto se refuerza al recompensar monetariamente cualquier trabajo en el hogar que realicen los niños con el objetivo de ganar dinero.

Segundo. Para empezar, tener el famoso cochinito. Conforme crecen, se les puede abrir una cuenta de ahorro supervisada. El objetivo es que desde la infancia se acostumbren a guardar mínimo el 20% de su dinero para su futuro. Ese hábito siempre lo van a agradecer como adultos.

Una buena salud financiera contribuye a una vida más feliz, así que hay que aprovechar la oportunidad de darles también a los hijos estas herramientas valiosas para la vida.

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