Dave Asprey tiene planificado vivir hasta los 180 años y está convencido de que puede logarlo, según un artículo publicado en BBC Mundo. Todo este tratamiento le ha costado más de US$1 millón. Pero para él esto no es nada comparado a tener una larga vida.
Se trata del próspero empresario estadounidense de 45 años, fundador de la marca de culto de café, Bulletproof, que se vende en los supermercados Whole Foods Market.
"No es ciencia ficción", afirma Asprey quien se autodefine como el “primerbiohacker profesional del mundo”. Es decir, intenta hackear su su propia biología haciendo cosas que muchas personas consideran una locura y de esta manera busca vivir más.
Este residente de Nuevo México antes de cambiar su estilo de vida estaba sobrepeso y no era una persona saludable. Hoy solo pesa 100 libras, según explica. Sin duda, cambiar los hábitos alimenticios es necesario para bajar de peso.
Su afán para ser casi inmortal lo ha llevado a que le extraigan parte de la médula ósea cada seis meses. Con este método logra que le extraigan células madre y luego se las inyectan en todo el cuerpo.
El empresario, también pasa tiempo en una cámara de crioterapia, que utiliza nitrógeno para enfriar su cuerpo. Y como si fuera poco, se da "baños" de luz infrarroja y se pone electrodos en la cabeza.
Mientras tanto, su café de la marca Bulletproof, debe prepararse de una forma inusual. Sus consumidores deben comprar otros productos de la empresa como una mantequilla especial y una forma purificada de aceite de coco conocida como “la versión original”.
Asprey asegura que sus productos, que se venden desde el 2012, ayudan a mejorar la salud física y mental de las personas. Hasta el momento estima que se han vendido 160 millones de tazas desde su salida al mercado.
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No obstante, algunos profesionales de la salud argumentan que el emprendedor no tiene ninguna certificación médica ni entrenamiento nutricional, y agregarle mantequilla al café no es saludable. Los expertos dicen que al tomarlo estás consumiendo grasas y calorías extras innecesarias.
Sin embargo, su experiencia ha sido distinta a esta, según explica.
Todo comenzó mientras hacía una caminata por las montañas del Tíbet, le ofrecieron una taza de té con mantequilla de yak (un pariente del búfalo y el visón) y dice que después de tomarlo se dio cuenta de su cerebro se sentía mejor.
Una vez regresó a California comenzó a experimentar hasta llegar a su propia versión del brebaje, que hoy se vende bajo del sello de Bulletproof.
Jonny Forsyth, investigador del grupo Mintel sostiene que, “No hay ningún beneficio en agregarle mantequilla al café".
Mientras Asprey, decidió ignorar las críticas y sostiene que las dietas altas en grasas -y bajas en azúcar- son buenas.
"Tenía artritis en mis rodillas y síndrome de fatiga crónica. Tenía disfunción cognitiva y estaba bajo el riesgo de un ataque al corazón. Era pre-diabético y me sentía terrible todo el tiempo", recordó. Mientras afirmó que todo esto es parte del pasado.
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