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Dolor insoportable en su pierna resultó ser cáncer alrededor del nervio ciático

Como atleta, Jamie Whitmore estaba acostumbrada a sentir dolor en sus piernas, pero nunca imaginó que resultaría ser un cáncer extraño y mortal.

Jamie Whitmore ya era una atleta estrella antes de ser diagnosticada con cáncer. Fue seis veces campeona de Estados Unidos en carreras de XTerra, pero su vida cambió repentinamente durante un triatlón.

"Salí del agua y me subí a mi bicicleta y algo se apagó con mi pierna izquierda… Una vez que me bajé de la bicicleta, comencé a correr, pero fue difícil levantar mis piernas. Sabía que algo no estaba bien", dijo a Reader’s Digest

En ese momento, fue cuando sintió los primeros signos de lo que eventualmente descubriría que era un extraño tipo de cáncer llamado sarcoma de células fusiformes.

De acuerdo con la American Cancer Society, este cáncer se origina cuando las células comienzan a crecer sin control. Casi cualquier célula del cuerpo puede convertirse en cáncer y propagarse a otras áreas. 

Un sarcoma es un tipo de cáncer que se origina en tejidos como los huesos o los músculos, y la mayoría de estos se originan en los brazos o en las piernas. Además, se pueden encontrar en el tronco, la cabeza y el área del cuello, y los órganos internos.

Este padecimiento es extremadamente raro y solo representa del dos al cinco por ciento de todos los cánceres de huesos.

Whitmore, de 31 años en ese momento, redujo su actividad durante la competencia, pero siguió nadando y montando bicicleta, asumiendo que el dolor en la pierna era solo el resultado de que su músculo había trabajado demasiado.

"No tuve ningún síntoma mientras no estaba corriendo. Tomé un descanso, pero cada vez que lo intentaba, los músculos estaban muy tensos y tenía mucho dolor", comentó.

Fue hasta que una noche en un campamento deportivo en Arizona, que Whitmore sabía que algo andaba muy mal.

"No podía dormir, y estaba teniendo mucho dolor en el nervio ciático. Por lo general, lo tenía cuando manejaba mucho o me sentaba demasiado tiempo, era más molesto que cualquier otra cosa".

A la mañana siguiente, decidió intentar correr, pero el dolor inmediatamente se convirtió en insoportable, así que optó por tomar su bicicleta con la intención de reducir la molestia.

"Una vez que me subí a mi bicicleta sentí tanto dolor que estaba llorando. Regresé a casa para ir a un hospital cercano. Sabía que todo lo que estaba pasando era malo si no podía andar en mi bicicleta", afirmó.

La mujer nunca pensó que el dolor de su pierna podría ser cáncer, pero los resultados eran inconfundibles, pues los médicos encontraron un tumor cerca de su ovario del tamaño de una toronja.

Cuando los especialistas intentaron tomar una muestra del tumor, encontraron que abarcaba todos sus órganos principales, así como su nervio ciático.

A medida que su dolor aumentaba, también lo hicieron otros síntomas.

"No podía usar el baño sin dolor, estaba en cama, incapaz de caminar. Nadie podía decirme exactamente qué estaba mal".

Afortunadamente, un amigo le recomendó ir a la Universidad de California en San Francisco, donde los expertos encontraron que tenía un sarcoma de células fusiformes, y estaba envuelto alrededor de su nervio ciático y tocando varios de sus órganos vitales.

"No pudieron eliminarlo por temor a reventar el tumor. Estaba cerca de todos los órganos que necesitaba para vivir".

La cirugía, la quimioterapia y la radiación son tratamientos típicos para tratar esta enfermedad.

Whitmore relató que cuando escuchó el diagnóstico por primera vez, el tiempo se detuvo.

"No podía respirar. Hablaban sobre el tratamiento y yo simplemente comencé a llorar y dije 'no quiero morir'".

Así que los médicos solicitaron la ayuda de varios especialistas para extirparle el tumor.

"No tenía idea de que cuando me despertara ya no tendría que usar mi pierna desde la rodilla hacia abajo. Cuando me dijeron que tendría que vendarme el pue para caminar, pensé 'esto no puede estar sucediendo. Soy un atleta profesional'".

La mujer ahora tenía el pie caído y tuvo que aprender a caminar nuevamente con la ayuda de un fisioterapeuta. Además, inició la radioterapia, sin embargo, cuatro días después, los estudios mostraron que el cáncer le había regresado.

"Esta vez fue aún más agresivo. Me quitaron el resto de mi nervio ciático".

Tras una recuperación de dos meses, sus análisis volvieron a estar limpios de cáncer, pero recibió otra noticia inesperada: estaba embarazada de mellizos.

Con 43 años de edad, Whitmore es madre de dos niños y está libre de cáncer. Actualmente regresó a competir, y ha ganado una medalla de oro en los Juegos Paralímpicos y nueve títulos mundiales.

"Nunca permitas que nadie te diga lo que puedes y no puedes hacer. Tienes que averiguarlo tú mismo. Algunos médicos me dijeron que nunca más montaría una bicicleta y, sin embargo, monté mi bicicleta de montaña de 9,000 a 14,000 pies. Las personas con dos buenas piernas no lo han logrado. Simplemente no puedes rendirte", finalizó.

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