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Su mamá no la vacunó y casi muere de tétanos y tosferina

Una mujer relata que casi muere a causa de la tosferina y el tétanos. ¿Por qué no la vacunó su mamá? ¿Qué razones hay para no vacunar a un niño?

Meredith no fue vacunada en su infancia y a los 36 años se enfermó de tétanos porque su mamá decidió que no le administraran ninguna vacuna debido a sus creencias místicas. Meredith es el pseudónimo con el que esta mujer contó su historia de terror a la BBC.

Ella relata que por accidente pisó un clavo, no pasó mucho tiempo para que sus hombros y su mandíbula comenzaran a tensarse, a ponerse duros. Esta situación anormal provocó que la llevaran de inmediato a un hospital universitario en Brisbane, Australia. El de Meredith era el primer caso de tétanos que se veía en treinta años en aquel país.

Según juzgó la paciente nacida en Nueva Zelanda, el haber contraído esa peligrosa enfermedad es responsabilidad absoluta de su madre, quien se negó a que fuera vacunada en su infancia porque ella pensaba que el cuerpo tiene la capacidad de curarse por sí mismo, por lo que no necesita vacunas ni medicamentos.

En octubre de 2018, los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) publicaron un informe en donde mencionan que se cuadruplicó el número de niños sin vacunar en Estados Unidos y que el 1.3% de los niños nacidos a partir de 2015 no han sido vacunados contra enfermedades prevenibles como la tosferina o el sarampión. Esta última enfermedad ha tenido brotes en varios estados del país durante los últimos meses, lo cual tiene preocupadas a las autoridades sanitarias.

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La primera vacuna y la triste mudanza

Meredith continuó con su historia recordando cuando tenía 11 años y fue vacunada en la escuela. "Nos pusieron la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola). Siempre que había inyecciones, el colegio solía enviarnos unos documentos para que los padres cumplimentaran los formularios de permiso. Mi mamá siempre los enviaba de vuelta con un ‘No, elijo no hacerlo’".

Sin embargo, relata Meredith, en aquella ocasión las enfermeras hicieron caso omiso del aviso a los padres sobre las inmunizaciones, desestimaron las palabras de la niña, quien dijo “no sé si me dejan hacer eso”, y así fue como Meredith recibió su primera vacuna.

Ese hecho provocó la ira de su mamá, pues cuando se percató de lo que había sucedido, decidió que su hija no iría más a la escuela, y la reacción de enojo de la madre de Meredith fue tal que, según relata la entrevistada por la BBC, tres semanas después se mudaron a otro país.

En 2016, la American Academy of Pediatrics (AAP) publicó una encuesta donde se observa que cada vez más padres se oponen a que sus hijos reciban vacunas porque las consideran innecesarias, o porque no quieren causarles incomodidades, e incluso argumentan que no desean alterar el sistema inmunológico de sus pequeños de modo inútil.

La tosferina: doce semanas de infierno

Años después, Meredith también se enfermó de tosferina. Cuenta ella que en 2016, ya viviendo en Australia con su pareja, estuvo enferma de las vías respiratorias por seis semanas sin notar mejoría. Cuatro médicos diferentes la diagnosticaron con gripe o neumonía. Sólo uno de ellos se percató de la enfermedad gracias a reconocer el sonido de su tos, según relata Meredith.

Una vez más, enfermó de un mal casi erradicado y difícil de detectar. Esa dura enfermedad, continúa, la hizo estar convaleciente por doce semanas, las cuales fueron, según sus palabras, “un infierno”.

Después de recuperarse de la tosferina, Meredith decidió de una vez por todas completar su cuadro de inmunización básico y ponerse todas las vacunas necesarias, y descubrió que vacunarse como adulto es mucho más costoso monetariamente, al menos en su país de residencia, Australia.

Como éste, existen muchos casos en los Estados Unidos de padres que son escépticos de los beneficios a la salud que proporcionan las vacunas. Meredith es un caso ilustrativo de la calidad de vida que se pierde sin estar debidamente inmunizado, y aunque ella nació, creció y vive en Nueva Zelanda, su caso ayuda a pensar el por qué es importante que los niños sean debidamente vacunados.

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