Una madre originaria de Greenville, Carolina del Sur, estaba harta de los abusos constantes que su hijo sufría en la escuela, por lo que decidió tomar la situación en sus manos y enfrentar a los agresores del menor ella misma.
Cuando un hijo sufre bullying es imposible no sentir impotencia y coraje hacia los acosadores, sin embargo, antes de actuar se debe analizar cuál es la manera correcta de enfrentar este escenario, para no complicar las cosas.
En entrevista con CNN, Jamie Rathburn asegura haber puesto al tanto de lo que ocurría a las autoridades escolares, pero, desde su punto de vista, no se tomaron las medidas necesarias para proteger a su pequeño e integrarlo de manera correcta al grupo.
“No me arrepiento de defender a mi hijo ni un poco, pero lamento la forma en la que lo hice”, expresó Rathburn al medio citado.
De acuerdo con la madre, su paciencia llegó al límite cuando se enteró de que su hijo fue separado de los demás estudiantes para su protección, además de que un maestro lo acompañaba todo el tiempo, hasta en la hora del almuerzo. Aunque existen varios consejos de especialistas para prevenir y afrontar el bullying, esta madre se dejó llevar por sus emociones.
Cuando esto llegó a sus oídos, Jamie manejó hasta la Greenbrier Elementary School, entró al colegio sin autorización y comenzó a gritar insultos a los profesores, el director y hasta a los alumnos responsables de acosar a su hijo, aunque no sabía exactamente quién era el responsable.
“Caminé directamente por la escuela y les dije a los niños que el acoso escolar no estaba bien… Si querían continuar, necesitaba hablar con sus mamás porque la escuela no estaba haciendo nada”, relató la mujer a CNN.
Elizabeth Brotherton, directora de comunicaciones del distrito, lamentó el comportamiento de esta madre. Así lo expresó por medio de un correo electrónico enviado a CNN:
“La reacción apropiada a la infelicidad con una respuesta de la escuela es tener una conversación con los adultos a cargo… La señora Rathburn no ingresó a la escuela y se enfrentó a un acosador o agresor en particular, gritó y amenazó a docenas de niños y niñas de ocho y nueve años porque no sabía a quién buscaba”.
Brotherton también dijo que la escuela estaba al tanto de las acusaciones de acoso y que los maestros y administradores ya se habían reunido con la madre para encontrar una solución. Algunas de las medidas que se estaban tomando eran que la maestra enviaba actualizaciones periódicas sobre lo que ocurría en el salón de clases, vigilaban tanto al niño como a los acusados de ser acosadores.
Cuatro días después del incidente, Rathburn fue arrestada y llevaba a la cárcel de Greenville, por los cargos de entrar a la escuela sin autorización y perturbar la paz. Ahora la mujer no puede ingresar a ningún colegio del Condado de Greenville y por ser un delito menor podría recibir una multa de 2,000 dólares.
Luego de recapacitar sobre lo sucedido, Jamie dijo estar avergonzada por su actuar y lamenta lo sucedido.
“Le debo una disculpa al personal, a los padres y a los estudiantes, absolutamente. Mis acciones fueron incorrectas, ya sea por la razón correcta o no. Al ponerme en su lugar, puedo entender cómo alguien se enojaría", indicó al final de la entrevista.
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