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Vivió 40 años con el mismo dolor, pero un implante le salvó la vida

Tras quitarle el apéndice, Alison Cameron vivió 40 años con el mismo dolor, pero gracias a un implante híbrido, al fin vive sin molestias.

Alison Cameron de 56 años, finalmente está libre de dolor gracias a un procedimiento de estimulación nerviosa.

La mujer de Reino Unido, sufrió de dolor neuropático crónico durante 40 años, luego de que se sometiera a una cirugía de apendicitis a la edad de 17 años, lo que provocó que requiriera de más de 50 inyecciones para calmar sus molestias.

"Me operaron para quitarme el apéndice y recuerdo que al despertar de la anestesia gritaba. El dolor era insoportable", explicó a BBC

La apendicitis es una inflamación del apéndice, la cual provoca dolor en el abdomen bajo. En la mayoría de las personas, las molestias comienzan alrededor del ombligo y luego se desplazan.

Las náuseas, la pérdida de apetito y la hinchazón abdominal, son algunas de las señales para identificar una apendicitis

Lamentablemente, ninguno de los tratamientos y procedimientos eliminó sus molestias durante más de seis meses y, posteriormente requirió de dosis de alivio más fuertes, sin embargo, esto le causó intolerancia a los alimentos y líquidos.

Como consecuencia, terminó con un tubo de alimentación que la llevó a perder peso, por lo que su salud se deterioró. Pero Alison, a pesar todo, se mantuvo positiva en todo momento, tal como se lo inculcó su madre.

"A pesar de lo mal que estuviese, siempre lograba encontrar algo positivo al final del día. Aunque eso no significa que no haya tenido momentos muy bajos", relató.

Debido a su dolor crónico, Cameron fue remitida al Hospital Universitario de Southampton hace cinco años después de que sufriera un colapso pulmonar.

La abuela de tres nietas, recibió un implante de estimulación a lo largo del nervio espinal, pero solo le redujo las molestias en un 50 %.

Alison continuó requiriendo alrededor de 20 procedimientos para implantar electrodos extras, así como revisiones para corregir las derivaciones que se habían movido de posición, ya que su dolor no se podía controlar con medicamentos.

Fue entonces, cuando el doctor Girish Vajramani le insertó un implante que combinó con otro dispositivo para reducir los niveles de molestia.

Dicho procedimiento consistió en colocar cuatro electrodos en forma de paleta a través de pequeñas colecciones de nervios en el nervio espinal, mejor conocido como ganglio de la raíz dorsal (DRG).

Estos "paquetes" de nervios están conectados a cada sección de las vértebras y están involucrados en el envío de mensajes de dolor al cerebro.

Este implante se combinó con un estimulador de la médula espinal estándar para crear un modelo híbrido.

"Alison es una de las pacientes más desafiantes que he conocido y realmente lo intentamos todo por ella; habíamos agotado las opciones disponibles", señaló Vajramani.

"Cuando encendieron los dispositivos y comprobamos que todos funcionaban, no sé quién sonreía más: si ellos o yo", contó Cameron al medio antes citado.

Tras cinco semanas de tratamiento, la mujer ya había dejado todos los medicamentos que tomaba para aliviar sus males, y espera que su historia pueda "dar esperanza a otras de que, a pesar del tiempo, las cosas pueden mejorar".

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