Aunque existe la creencia de que entre más dure un encuentro sexual más placentero es, esto es simplemente un mito, ya que los especialistas señalan que unos cuantos minutos de pasión son suficientes para llegar al clímax.
Cada pareja tiene su propia dinámica sexual, en la que establecen la frecuencia con la que tienen sexo, sus posiciones favoritas, el jugueteo previo a la penetración y hasta la duración de sus momentos íntimos y, aunque no existe una regla que indique cuánto deben durar estos encuentros, los especialistas tienen su opinión al respecto.
La Universidad de Pensilvania realizó un estudio en el que encuestaron a 50 miembros de la Sociedad para la Terapia y la Investigación Sexual sobre el tiempo empleado para tener sexo placentero desde el momento de la penetración y hasta llegar al orgasmo.
Los participantes en la investigación determinaron que un coito poco placentero estaría en un rango de tiempo de uno a dos minutos, mientras que uno “perfecto” debería de durar de siete a 13 minutos.
La sexóloga Francisca Morelo, Codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona, explicó a El Clarín que no existe un tiempo determinado para que una relación sexual sea gratificante.
“No hay un número estándar, varía según la persona. Una relación sexual gratificante puede durar desde cinco minutos hasta dos horas. Depende del momento, de la situación y la motivación”, indicó.
La especialista detalló que, superados los 15 minutos, las mujeres suelen perder la concentración, la excitación y la lubricación, por lo que una penetración prolongada puede ser dolorosa y nada placentera.
Cuando los hombres no logran alcanzar el orgasmo luego de los 20 minutos pueden sufrir la llamada eyaculación retardada, la cual, según explica Morelo, puede generarse por que están muy concentrados en complacer a su pareja o porque se han acostumbrado a un estímulo determinado para eyacular.
En el caso de las mujeres, no alcanzar el orgasmo puede ser síntoma de falta de excitación, desconocimiento en el plano sexual o físico, tener inseguridades por su aspecto o por lo que pensará su compañero, o simplemente se sienten cohibidas de llegar al clímax.
Francisca indica que más allá de pensar en la duración, las parejas deben disfrutar del encuentro, “dejarse llevar, descubrir, sorprenderse y compartir un momento de placer. Sin presiones, sin tener una meta”.
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