Tener hijos puede ser muy agotador, y cualquiera que los tenga podría confirmar que esto es una realidad para la mayoría. Entre todos los pendientes por hacer, el cuidado de los niños y de uno mismo, y todo lo que surge puede ocasionar que te sientas exhausto. Pero, ¿existe una razón por la que te sientes cansada todo el tiempo?
El agotamiento parental o síndrome de Burnout es una respuesta del organismo cuando ha estado sometido a un periodo de estrés prolongado, tanto desde el punto de vista físico como emocional, de acuerdo con el sitio Etapa Infantil.
El principal problema de este síndrome es que provoca una serie de síntomas que pueden confundirse fácilmente con otras enfermedades, tal como le sucedió a la periodista Jessica Grose, quien tiene dos hijas, de cinco y 18 meses respectivamente, sufría de un agotamiento constante que supuso que se originaba en una anemia.
"Cuando le pregunté a mi madre cuándo estaría menos cansada, hizo una pausa, como si estuviera haciendo cálculos mentales complejos, y, mientras mis niñas corrían gritando por mi apartamento, me dijo 'siete años'", escribió la autora en The New York Times.
En esa época, Grose fue a su revisión médica anual convencida de que estaba anémica: "tenía que haber alguna explicación física de por qué todo el tiempo me sentía como una bolsa de ropa sucia. Pero, como lo revelaron las pruebas de sangre, no la padecía. De hecho, gozaba de perfecto estado de salud".
Algunos signos que pueden indicar este padecimiento son:
1. Dolores de cabeza recurrentes
2. Insomnio
3. Fatiga intensa
4. Dificultares gastrointestinales
5. Ansiedad
6. Depresión
7. Irritabilidad
8. Distanciamiento afectivo
Asimismo, una de las guías para dormir mejor del medio antes citado, señala que "el sueño fragmentado te puede dejar tan cansado como cuando duermes pocas horas".
"Todas esas madrugadas en que me habían pedido que les acomodara las cobijas o les llevara un vaso de agua ya me estaban cobrando factura", escribió Grose.
Dicho documento siguiere que los padres intenten dormir de cuatro a seis horas ininterrumpidas de descanso, porque despertarse constantemente durante un solo ciclo de sueño es malo para el aprendizaje y memoria.
Por ello, Grose le da un consejo a todas las madres que aún no dan a luz: "si de verdad sientes que estás llegando al límite, duerme una noche entera sin interrupciones, sin importar lo que tengas que hacer para lograrlo".
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Sin embargo, si tienes un recién nacido, sobre todo si estás amamantando, hablar de dormir más de cuatro horas seguidas es algo casi imposible.
Además, Grose aconseja buscar descuentos de último momento para una habitación de hotel y extraer la leche antes de salir, para que luego las madres puedan dormir profundamente, al menos por una noche.
Otra opción es ir a la casa de una amiga o pariente y dormir en su cuarto de huéspedes, o incluso encerrarte en tu cuarto y dejar al bebé al cuidado de tu pareja, un familiar o una amiga. Y asegura que este consejo también funciona para los padres de hijos mayores que simplemente no se quieren ir a dormir.
Por otro lado, la escritora reveló que antes de investigar sobre este tema, pensaba que el agotamiento abarcaba todos los aspectos personales.
"Si estabas agotada en casa, también lo estarías en el ámbito laboral. Pero el agotamiento parental y el agotamiento laboral son dos fenómenos distintos con síntomas similares, que incluyen la sensación persistente de extenuación", agregó.
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Entonces, ¿cómo evitamos este problema?
1. Prioriza tus tareas del día: aprende a jerarquizar las tareas y selecciona aquellas que sean realmente importantes. Si al final del día no has hecho todo lo que tenías programado en tu agenda, no te agobies.
2. Reserva unas horas solo para ti: asegúrate de reservar algunas horas para relajarte. Puedes dedicarlas a lo que más te apetezca, como ver una buena película, leer, cenar en pareja o darte un baño relajante.
3. Pide ayuda: no tiene nada de malo apoyarte en las personas más cercanas, como tu pareja, padres o amigos. De hecho, si repartes las tareas del hogar de manera más equitativa tendrás más tiempo para ti, estarás más relajada y la relación con tu familia mejorará.
4. Asume un estilo de vida más sano: el estrés no solo representa un problema emocional, sino que también está determinado por tus hábitos de vida. Llevar una dieta sana, practicar ejercicio y aprender técnicas de relajación te ayudará a prevenirlo.
No obstante, Grose acudió con la psicóloga clínica y profesora adjunta de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Universidad Northwestern, Inger Burnett-Zeigler, quien recomienda a los padres preguntarse lo siguiente si sienten que corren el riesgo de agotamiento parental: "¿De verdad tienes que hacer todo lo que crees que debes en este momento?".
"A veces, tomar veinte minutos para dedicarle tiempo a algo que disfrutas, ya sea ver programas en televisión, leer o conversar con amigos, es una mejor inversión de tiempo que cocinar un refrigerio elaborado para que tus hijos se lleven al jardín de niños al día siguiente", concluyó Burnett-Zeigler.
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