Melinda Nichols, una madre de Ohio, decidió implantarse el dispositivo intrauterino, mejor conocido como Mirena para prevenir embarazos después de dar a luz a su hijo en 2007, pero al regresar a chequeo médico le dijeron que ya no tenía más el implante.
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Los doctores le dijeron a Nichols que posiblemente se le había salido del cuerpo sin que ella se diera cuenta y vivió con esta idea durante más de 10 años.
De acuerdo con New York Post, Melinda se llevó una gran sorpresa cuando descubrió que el DIU lo había tenido alojado durante todos estos años en su abdomen.
Fue a través de unos rayos X que se realizó como parte de un tratamiento para un músculo distendido en la espalda, cuando los médicos descubrieron un pequeño objeto en forma de “T” en el fondo superior de su abdomen.
Melinda no podía creer lo que su cuerpo había alojado durante todos estos años y lo compartió a través de sus redes sociales.
Este tipo de sucesos son extremadamente raros, pero suelen ocurrir. Por cada mil personas que reciben uno, solo 4 mujeres en promedio tienen problemas con su dispositivo intrauterino.
Y muy raramente el DIU puede perforar la pared uterina y salir del útero hacia la cavidad abdominal. De acuerdo con el sitio Health, en 1930 se describió un fenómeno de este tipo y desde entonces tiene una incidencia de aproximadamente 1 en mil pacientes, Melinda fue ese caso.
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