Aunque parezca increíble, al decidir dar el importante y muchas veces temido paso del divorcio, no representa que estés fallando como individuo, al contrario. De acuerdo con la opinión de diversos terapeutas es una señal de crecimiento personal y madurez.
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La periodista Shana Lebowitz se dio a la tarea de entrevistar a diversos psicólogos y terapeutas de pareja para conocer su punto de vista sobre el divorcio y cómo esta nueva etapa de la vida es indicativo de crecimiento personal.
Hal Runkel, terapeuta matrimonial y familiar de Atlanta, expresó durante su charla con Lebowitz que el matrimonio tiene el objetivo de hacer crecer a los involucrados, y crecer no siempre es tarea fácil.
“El matrimonio está perfectamente diseñado para ayudarlo a crecer. Desafía sus puntos ciegos. El matrimonio expondrá su egoísmo. Expondrá su inmadurez. Y eso es algo bueno. Continuamente le pedirá que crezca de maneras que no se pueden anticipar”, señaló Runkel.
Cuando uno o ambos miembros del matrimonio notan que su situación ya no los hace felices o se sienten estancados la decisión “más madura” es separarse.
Como en la vida misma, los cambios en el matrimonio son inevitables, las personas no permanecen con la misma mentalidad o metas con las que iniciaron la relación, por lo que es muy natural que en cierto punto decidan seguir caminos separados.
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La especialista Mary Hawkins compara esta experiencia con dejar un trabajo insatisfactorio: “Significa que tenías la mentalidad de saber que no estabas en la posición correcta, por lo que tomaste la iniciativa para encontrar algo más y hacer un cambio. ¿Sabes qué es un fracaso? Mantenerte en un matrimonio que te está quitando la vida”.
El temor a abordar los problemas y situaciones que orillan a una pareja al divorcio puede llevarlos a tardar en tomar esta decisión alrededor de 6 años, según el terapeuta John Gottman.
Sin embargo, cuando los matrimonios han demorado tanto en enfrentar sus problemas y pedir la ayuda de un terapeuta puede haber un punto de no retorno.
“Realmente necesitamos reconstruir la relación desde el principio para hacer que esto funcione, y se necesitará mucho trabajo para hacer eso. Luego eligen si trabajar o no en ello”, explica Michael McNulty sobre las experiencias que ha tenido durante años con las parejas que trata.
Los terapeutas no son quienes tienen la última palabra sobre el destino de una pareja, son los involucrados en el matrimonio quienes deciden dar el paso final. Sin embargo, los especialistas concuerdan en que cuando ellos recomiendan la separación le quitan “un peso de encima” a sus pacientes.
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