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Ansiedad en la adolescencia: un mal cada vez más recurrente que los padres pueden frenar

La ansiedad se ha vuelto un trastorno psicológico cada vez más común entre los adolescentes que puede derivar en adicciones y suicidio. Estos son sus síntomas y la manera de tratarlo.

Las estadísticas son alarmantes, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud aproximadamente el 20 por ciento de los adolescentes en todo el mundo sufre algún trastorno mental como depresión y ansiedad, casos que pueden derivar en adicciones o suicidios.

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La adolescencia es una etapa crucial en la vida de cualquier persona, es un periodo de transición en el que se busca definir la identidad, y en la actualidad la falta de valores, las redes sociales, la sobreexposición a la problemática mundial y los problemas familiares hacen que la ansiedad sea cada vez más común.

“Hay mucha ansiedad ante el mundo adulto y los mayores tenemos gran responsabilidad al respecto. La mayoría de los chicos escucha que la vida es un desastre, que el país va para atrás, etc.”, explicó la psiquiatra Geraldine Peronacce en entrevista con Infobae.

Además de afectar el estado de ánimo, la ansiedad puede tener impacto a nivel físico con síntomas como trastornos en el sueño, problemas digestivos, alteraciones en la presión arterial, dolores de cabeza, contracturas musculares y más.

La psicoanalista Daniela Furst detalló al mismo medio que la ansiedad en los jóvenes está ligada a una falta de tolerancia: “Todos sufrimos ansiedad ante diferentes situaciones como una confrontación o una entrevista laboral. Pero el problema es cuando empieza a afectarnos la vida cotidiana causándonos temores, cuando no nos permite enfrentar situaciones o nos impide disfrutar. La ansiedad tiene que ver con un exceso de futuro. Queremos todo ya y no podemos esperar”.

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Los padres deben actuar de manera inmediata ante la simple sospecha de que su hijo pueda padecer este trastorno psicológico

Furst explicó que desafortunadamente papá y mamá pueden alimentar los comportamientos de ansiedad: “Los padres pueden ser facilitadores de experiencias ansiógenas o pueden poner un freno y límites. No es solo marcar lo que se puede o no se puede, sino que los límites también hacen alusión al "ahora no" a que muchas veces hay que esperar”.

Ante los primeros síntomas de ansiedad como irritabilidad, falta de interés por las actividades cotidianas, tristeza, miedo, malestares físicos, es importante que se visite al médico para descartar algún cuadro clínico. Si no se encontró ningún padecimiento se debe proceder a una entrevista con un psicólogo, quien podrá diagnosticar ansiedad y comenzar con un tratamiento.

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