La forma tradicional en que se combate la diabetes tipo 2 es través de las inyecciones de insulina, que es lo que ayuda a los enfermos a manejar sus números de azúcar, aunque también conllevan algunos efectos secundarios como subir de peso o baja azúcar en la sangre.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad en la que el cuerpo es incapaz de regular los niveles de azúcar en la sangre. Normalmente el páncreas secreta insulina que permite al cuerpo procesar los azúcares y los convierte en energía. Esta enfermedad afecta a millones de personas alrededor del mundo y en Estados Unidos cerca de 23.1 millones de americanos tenían la enfermedad, según resultados emitidos por la CDC en el 2015.
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Debido a que la incidencia en la diabetes tipo 2 va a la alza, los investigadores están tratando de contrarrestarla con una nueva medicina contra la diabetes.
Algunos médicos han encontrado éxito con tratamientos y estrategias implementados en sus paciente4s que están dirigidas a una proteína llamada glucocinasa que es una encima que está directamente relacionada en cómo las células procesan los azúcares. Hay medicinas que pueden activar la glucocinasa y su resultado reduce los niveles de azúcares en la sangre, pero juega un rol ligeramente distinto en el páncreas, comparado con el hígado.
Prueban nueva droga de diabetes en pacientes humanos
Los científicos creen que si activan la glucocinasa directamente en el hígado podrían incrementar la captación de glucosa sin afectar la insulina producida por el páncreas, que a su vez resultaría en un registro bajo de azúcar en la sangre. Recientemente completaron un estudio clínico realizado en humanos, concretamente en pacientes de diabetes tipo 2 y los resultados los publicaron en el Science Translational Medicine. La prueba se realizó en 190 pacientes a quienes se aplicó metformin, una droga que es usada para incrementar la sensibilidad a la insulina. Los participantes recibieron la droga en una dosis baja, una mayor y un placebo (cápsula sin la droga).
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Los científicos descubrieron el medicamento al analizar muchos compuestos diferentes en células hepáticas y pancreáticas de humanos y animales. Identificaron un fármaco, TTP399, que era capaz de activar la glucocinasa en las células del hígado pero no afectaba la secreción de insulina por las células pancreáticas.
Los resultados que obtuvieron
Los pacientes que recibieron la dosis más alta mantuvieron un porcentaje de un mejor control de la glucemia y un mejor perfil de lípidos en la sangre. Los investigadores también encontraron que los pacientes que pesaban más de 200 libras registraron una pérdida de peso en comparación con los pacientes que solo recibieron el placebo.
Respecto a los efectos secundarios, los científicos no encontraron que no había efectos graves o niveles bajos de azúcar en la sangre.
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Aún quedan más estudios por realizar para confirmar el beneficio de la droga a largo plazo y la seguridad de los pacientes que la tomen. Los autores del estudio sugieren que el fármaco puede ser terapéuticamente más viable en comparación con otros similares que influyen en la producción de insulina. El estudio resalta que los medicamentos que se dirigen específicamente a diferentes áreas del cuerpo pueden reducir los efectos secundarios no deseados.
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