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Emilia Clarke sufrió dos aneurismas que casi la matan y hasta consideró el suicidio

La actriz confesó que estuvo a punto de perder la vida tras dos operaciones de aneurismas y se sentía tan mal, que pensó en el suicidio.
Emilia Clarke confesó que estuvo a punto de morir.
Emilia Clarke dijo que pensó en suicidarse por no soportar el dolor de los aneurismas.Alberto E. Rodríguez / GettyImages

Emilia Clarke confesó que sufrió dos aneurismas cerebrales luego de terminar de grabar la primera temporada de “Game of Thrones”. Su condición tras una cirugía de emergencia era tan seria, que ella pensó en el suicidio y llegó a sugerir a las enfermeras del hospital donde la atendían que la desconectaran.

El aneurisma es una zona débil en la pared de un vaso sanguíneo que provoca que éste sobresalga o se abombe. Cuando se presenta un aneurisma en un vaso sanguíneo del cerebro, se denomina aneurisma cerebral o intracraneal.

A los 24 años, la actriz británica que se alzó a la popularidad por su interpretación como Daenerys Targaryen en la popular serie “Game of Thrones” narró en una especie de editorial publicado en la revista The New Yorker, que fue el 11 de febrero del 2011 cuando por primera vez sintió un dolor de cabeza y fatiga, justo antes de comenzar su rutina de ejercicios en el gimnasio.

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En ese entonces ya había terminado la primera temporada de “Game of Thrones”. Ella misma explicó que durante la sesión de ejercicios y mientras hacía una plancha, sintió como una liga que se le estiraba en el cerebro, no pudo más y se dirigió al baño, donde vomitó y se desmayó.

Ya en el hospital le practicaron un MRI (un scan en el cerebro) y ahí determinaron los médicos que debían operarla de emergencia. Su diagnóstico era: hemorragia subaracnoidea, que puede provocar daños cerebrales permanentes o hasta la muerte. 

En su caso, era urgente sellar el aneurisma porque tenía un alto riesgo de sufrir un segundo y la cirugía era la única solución. Los médicos tampoco le daban ninguna garantía de que todo estaría bien.

Clarke pasó un mes en el hospital, la mayoría del tiempo en el área de cuidados intensivos, pues después de la operación, en un examen de rutina, no pudo decir su nombre y entró en pánico.

Le explicaron que sufría una condición llamada aphasia, consecuencia del trauma que había sufrido su cerebro.

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“En mis peores momentos, quise desconectarme. Le pedí al personal médico que me dejara morir. Mi trabajo, todo mi sueño de lo que sería mi vida, centrado en el lenguaje, en la comunicación. Sin eso, estaba perdida”, narró la actriz en el ensayo publicado en la revista.

Cuando regresó a su vida cotidiana los médicos le advirtieron que tenía un segundo aneurisma en la cabeza que no había alcanzado a reventar, pero que estarían vigilando.

Su segundo aneurisma creció al doble y fue sometida a una operación en un hospital en Manhattan. Cuando parecía que todo estaba en orden, Emilia despertó en un grito de dolor y los médicos intentaban explicarle que el procedimiento había fallado, tenía una hemorragia masiva y fueron tan directos que le sentenciaron que no sobreviviría si no se sometía a otra cirugía de inmediato.

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Esta vez el procedimiento tenían que hacerlo directamente abriendo la cabeza para drenar la hemorragia. Pedazos de su cabeza fueron reemplazados por titanio.

Emilia Clarke decidió contar su historia, porque ella solo fue una de los millones de pacientes que han sufrido más por esta condición. Ahora decidió lanzar y ser parte de una fundación que se llama SameYou y ayuda a proveer tratamiento a gente que se recupera de lesiones cerebrales y accidentes cardiovasculares.

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