Manuel Elkin Patarroyo no solo es el científico más prominente de Colombia y quien desarrolló la vacuna contra la malaria. Ahora puede agregar a su larga hoja de vida que murió y acaba de regresar a la vida.
En una extensa entrevista que Patarroyo dio al diario El Tiempo, describió su paso por el umbral de la muerte y a detalle narra lo que pensó y sintió al regresar a esa sala de emergencias donde los médicos y enfermeras se repetían: “Patarroyo no se puede morir así”, al momento que daban su máximo esfuerzo por salvar su vida.
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Cuando el médico dio su descripción de estar muerto, dijo que estuvo “en medio de una luz resplandeciente, cegadora, con un silencio absoluto y una tranquilidad macha. Eso lo tengo muy presente”.
Y para un hombre de ciencia, ¿qué es la muerte?
Es cerrar un ciclo en armonía con las leyes del universo. Todo empezó con el ‘Big Bang’ y en algún momento terminará. Los humanos no podemos excluirnos de ese precepto. El temor a la muerte es entendible porque es la incertidumbre de desaparecer. Y más, de desaparecer de la memoria.
La forma en que Patarroyo volvió de la muerte
Tan solo fueron unos minutos, pero el médico colombiano asegura que aún muerto, estuvo consciente. No se podía mover, pero escuchaba las voces de los médicos.
“…y algunas frases que decían ‘no se puede morir’, pero las oía más allá que acá, porque no las ubicaba en espacio o tiempo”.
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Lo más duro de su batalla contra la muerte continuó momentos después.
“Una situación muy dura, porque a medida que me conectaba de nuevo con la vida me sentía impotente, esperando que el organismo reaccionara y como el eje de una central telefónica con cables pegados por todos lados. Entendí a los pacientes y admiré el compromiso del personal médico, que me tenía que tratar como a un recién nacido. Estaba en sus manos. Lo vi como algo mágico y esperanzador”.
El científico y profesor dijo que en todo ese lapso se sintió tranquilo y gracias a ese grupo de médicos logró recuperarse en 10 días.
El diagnóstico de los médicos que trataron a Patarroyo en emergencias dijeron que tenía una acidosis metabólica severa.
Tenía deterioro en todos los sistemas, casi sin tensión arterial, frío y sin responder a ningún estímulo.
Horas más tarde, el riñón empezó a fallar, la tensión arterial no subía y las esperanzas decaían en todos, no quedaba más remedio que conectarlo a una máquina de diálisis para limpiarle la sangre y esperar.
Pero la orden no se puso en práctica porque los números empezaron a mejorar. Así estuvo el científico siete días bajo el cuidado médico en la unidad de cuidados intensivos de la Fundación Santa Fe.
De regreso al trabajo
Como era de esperarse, Manuel Elkin Patarroyo fue dado de alta y de inmediato regresó al trabajo.
La frase que dice escuchó de la enfermera que lo atendía durante la crisis, la tomó como bandera: “Ahora recuerdo con seriedad el comentario de una de las enfermeras que me dijo que no me podía morir sin entregar la vacuna. Para ustedes puede sonar simple, pero para mí eso es muy importante”.
La vacuna a la que se refiere, es la que curaría la malaria. Solo falta hacer los ensayos clínicos, pero para eso necesita fondos y concluir por lo que tanto ha luchado en su vida.
Quizá esa es la razón por la que al final Patarroyo pudo regresar de la muerte…