Una vez más llegó el cambio de horario, que se realiza en EE.UU., entre los meses de marzo o abril y con un simple adelantar 60 minutos los relojes, el cambio altera la rutina de toda la familia y los más afectados pueden ser los niños.
Aparentemente es un cambio pequeño, pero eso es suficiente para descolocar a toda la familia y la respuesta está en nuestros ritmos circadianos.
“Los ritmos circadianos son ciclos biológicos que tienen una duración cercana a las 24 horas y son el producto del reloj biológico que sincroniza estos ritmos (por ejemplo la función renal, la concentración plasmática de hormonas como la melanina o el cortisol o el ciclo vigilia-sueño) con el medio externo (por ejemplo, el ciclo luz-oscuridad, los horarios de las comidas o el tiempo social)”, dijo María José Collado Mateo, doctora en psicología.
“El reloj biológico de los niños puede tardar en ajustarse varios días, incluso una semana, provocando alteraciones en la vigilia y el sueño, desorden del apetito, irritabilidad, problemas de atención o pequeñas alteraciones del ritmo cardiovascular”, dijo Gonzalo Pin, miembro de la Asociación Española de Pediatría.
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Los médicos recuerdan que el organismo tiene un reloj central interno que se regula por La Luz solar. A esto se le añaden los horarios a los que los pequeños están acostumbrados, como los horarios de alimentación o actividad física.
“Este reloj central interno ajusta un ciclo diario que afecta a los niveles de las hormonas y a todo nuestro cuerpo por lo que, cuando cambia el ritmo de La Luz externa o el ritmo de las tareas, puede desorientarse”, añadió Pin.
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Recomendaciones que ayudan a los niños a una transición
- 1. Adelantar de manera progresiva, una semana antes de que se produzca el cambio de hora, las
- 2. actividades rutinarias como comida, sueño o juegos, en intervalos de 10 a 15 minutos, para que la transición sea más suave.
- 3. Propiciar la entrada de luz natural 15 minutos antes de despertar a los niños o ir andando al colegio para estimular la secreción de serotonina.
- 4. Que los niños desayunen en un sitio muy iluminado.
- 5. Evitar la exposición a las pantallas una hora antes de acostarse.
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Si tus hijos no son tan pequeños, también es importante que tomes en cuenta que el cambio de horario afecta a los jovencitos, porque especialmente los adolescentes suelen dormir menos tiempo.
En el caso de los bebés, el pediatra menciona que su reloj central interno funciona desde los cinco o seis meses y se regula, a través de la lactancia. Eso explica que los niños duerman más por la noche, pues es este horario cuando la leche materna tiene una mayor cantidad de melanina, la hormona que facilita el sueño.
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