¿Decidiste hacer la dieta Keto?, ¿estás por comenzar la dieta mediterránea?, hay una tendencia a que la decisión que tome la madre de familia, se replica a todos los miembros de la misma. Es decir, ¿les suena conocido el “estamos todos a dieta“? Esta frase que puede incluir involuntariamente a todos los miembros de la familia, tal vez no es la mejor idea, sobre todo si tienes niños pequeños. Te explicamos por qué.
La base: una alimentación saludable
Expertos en la Asociación Americana de Pediatría (AAP) dicen que los padres de familia deben considerar un criterio más amplio a la hora de alimentar a sus pequeños.
No deben medir solo la cantidad de azúcar, grasa o nutrientes. Los alimentos de las dietas podrían provocar en los niños un efecto contrario, que los niños aumenten de peso de forma poco saludable. Este resultado normalmente sucede cuando se reemplaza la grasa por azúcar agregada.
Grasas recomendadas para los niños
Los niños necesitan de lo que llaman “grasas saludables” que se encuentran en la leche entera, el salmón y aceite de coco. Este tipo de alimentos les da energía, necesaria para la actividad diaria de los chicos.
Grasas no recomendables
Las grasas que contienen estos alimentos no se recomiendan y son las que están en las pizzas, papas fritas y productos de carnes procesadas.
Este tipo de grasas no recomendadas también se encuentran en las carnes como res, cerdo, el jamón, la ternera y el cordero.
Lo que hay que evitar
Estas son el tipo de grasas que debes de evitar por completo para los niños: las grasas trans que se pueden encontrar en alimentos altamente procesados. Cuando vayas a hacer la compra siempre fíjate en las etiquetas e intenta evitar los productos que tengan en su lista de ingredientes “aceites hidrogenados” o “manteca vegetal”.
Los sí de una dieta balanceada
Lo mejor para una dieta equilibrada es preparar comidas que contengan: pescados (ricos en Omega 3), proteínas, una porción de verdura abundante, un poco de grano integral o verduras con almidón. El mejor postre siempre será una rica fruta.
Las meriendas o snacks para los niños pequeños ayudan a que no coman con exceso en las comidas principales. Evita los pretzels, galletas saladas o en forma de pescado con sabores artificiales y cámbialas por manzanas con mantequilla de maní. También puedes variar con almendras, yogurt griego con frutas o miel, huevo cocido, verduras crudas con puré de garbanzos o cubos de queso con galletas integrales.