El tratamiento de bioestimulación con plasma está muy de moda para lucir más joven. Muchos hombres y mujeres se inyectan plasma en el rostro, el cuello, las manos y el cuero cabelludo para mejorar su apariencia. Con el procedimiento pueden aminorar las líneas de expresión comunes por el envejecimiento, las manchas, el acné y hasta borrar cicatrices.
El plasma es una porción líquida de la sangre que contiene elementos que permiten su coagulación, aumentando los anticuerpos y otras proteínas en el organismo.
Sin embargo, esta semana la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) advirtió sobre los graves peligros de realizarse este procedimiento.
"El plasma no está aprobado por la FDA para tratar afecciones como el envejecimiento normal o la pérdida de memoria. Además, no se han realizado estudios fehacientes que muestren el beneficio clínico de la administración de plasma de donantes jóvenes y existen riesgos de seguridad asociados", advirtió la agencia federal. Además, su uso puede dejar secuelas negativas en la salud.
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- En primer lugar, quienes se sometan al tratamiento pueden contagiarse con infecciones, pues la dosis de plasma que se administra es tan elevada que puede contener bacterias que no se hayan detectado en las pruebas que se realizan antes de aplicarlo.
Los clientes de los centros estéticos u oficinas donde ofrecen el tratamiento se toman el riesgo de tener una reacción alérgica. Entre las alergias más comunes por el uso de plasma están la anafilaxis, urticaria y lo más grave es que puede bloquear las vías respiratorias.
También su uso puede desatar problemas respiratorios y lesiones en los pulmones.
Asimismo, aumenta las posibilidades de problemas cardíacos. Por ejemplo, una transfusion puede causar una sobrecarga en el sistema circulatorio, haciendo que el cuerpo se inflame. Las personas con alguna cardiopatía preexistente corren mayor riesgo de tener alguna complicación en su salud.
La FDA explicó que estos tratamientos con plasma están pensados para pacientes con afecciones muy específicas y deben practicarse en centros que cumplen con las regulaciones dadas por la agencia.
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