Jada Pinkett Smith y Will Smith criaron a sus dos hijos, Willow y Jaden, para que pudieran desenvolverse en el ambiente artístico y que tomaran sus propias decisiones, sin embargo, no todo fue tan sencillo a la hora en que su hijo mayor les informó que planeaba emanciparse a la edad de 15 años.
“Recuerdo ese día específicamente, porque fue uno de los momentos más devastadores de mi vida. Recuerdo que pensé, aún con el dolor que sentía, que tenía razón, tenía 15 años y era el momento en que dejara la casa”, reveló la actriz en el programa de televisión Red Table Talk.
Pinkett señaló que entendía las razones por las que su hijo quería separarse legalmente de su familia y estaba dispuesta a dejarlo hacer su propia vida, pues el joven tenía los recursos para poder hacerlo. Sin embargo, Jaden cambió de opinión y el proceso no se concluyó.
De acuerdo con las leyes de Estados Unidos, los padres o tutores tienen la obligación de proporcionar todos los cuidados necesarios para sus hijos o menores a su cuidado y de actuar conforme a su mejor conveniencia hasta los 18 años.
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Esto implica que los menores no pueden tomar decisiones legales, firmar contratos, entablar demandas o vivir por su cuenta, a menos que decidan solicitar una petición de emancipación.
En algunos estados, la edad mínima para solicitar la emancipación es de 16 años y se deben cumplir varias condiciones: el menor debe demostrar que puede hacerse cargo por sí solo, que puede administrar sus finanzas, que está viviendo separado de sus padres o tutores y en algunos casos que está casado o pertenece a las fuerzas armadas.
De acuerdo con el sitio CTLawHelp, el proceso puede ser muy fuerte para los padres, tal como le ocurrió a Jada Pinkett Smith. Lo ideal es poder resolver los problemas familiares antes de enfrentar una solicitud legal de emancipación.
Una vez que la corte recibió la petición, la justicia puede investigar las causas, proporcionar un abogado para el menor así como para los padres, en caso de que no puedan pagarlo, citar a una audiencia y aprobar o desestimar la solicitud.
Cuando el menor llena la solicitud, está obligado a darles una copia a sus padres junto a la fecha de la cita para la audiencia. Las opciones que tienen los mayores son oponerse a la petición o aceptarla. En caso de oponerse, el juez decidirá en la corte la resolución final.
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