La historia de Lorena Bobbitt acaparó los titulares en 1993, cuando mutiló el miembro de su esposo John Bobbitt después de haber sufrido constantes maltratos físicos y psicológicos, en incluso violación dentro de su matrimonio.
25 años después de la pesadilla que vivió, Lorena, quien ahora se apellida Gallo, rompió el silencio sobre todo lo que ocurrió durante el tiempo que permaneció casada con Bobbitt en una entrevista exclusiva para “Un Nuevo Día” y habló sobre los esfuerzos que ha hecho para apoyar a las mujeres víctimas de violencia doméstica.
“Hay un problema de machismo en nuestros países, empezando por nuestros líderes, eso no ayuda en nada, eso no ayuda a progresar para que la mujer, la víctima, se sienta fuerte. Es un tabú saber que las leyes no nos protegen”, expresó Gallo.
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Para Lorena, la acción que tomó en contra de su exesposo fue resultado del trauma que había vivido durante su matrimonio, al grado en que sus capacidades mentales se vieron afectadas.
“Yo no sé si hubiese tenido una oportunidad de escapar porque en realidad no sabía cómo reaccionar o dónde ir. Estaba aislada de mucha gente, sentía que estar en mi propio hogar era como estar encarcelada”, confesó.
Tras haber librado un juicio en el que fue declarada no culpable, Lorena Gallo comenzó a trabajar para educar a las personas sobre las señales que identifican una relación de violencia, especialmente con las mujeres jóvenes.
A través de su fundación, Lorena visita escuelas y hermandades para hablar sobre la violencia doméstica, pero también para dar luz a los vacíos legales que no permiten proteger a las mujeres de sus abusadores.
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“Yo sé la misión que tengo. Si ayudo a una mujer a salir de una situación de violencia doméstica, mi misión se ha cumplido”, dijo a Verónica Albornoz.
De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y el Control de Lesiones, el 23 por ciento de las mujeres adultas han sufrido algún tipo de violencia física grave, mientras que un 16 por ciento ha experimentado agresiones sexuales por parte de su pareja.
El número es más alarmante cuando se trata de violencia psicológica, pues una encuesta reveló que el 47 por ciento de las mujeres ha sido víctima de humillaciones y comportamientos de control.
Las consecuencias de la violencia doméstica pueden ser físicas, reproductivas, psicológicas, sociales y en muchas ocasiones pueden llevar a la muerte, pues se ha demostrado que más del 40 por ciento de las víctimas de feminicidio fueron asesinadas por sus parejas.
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