La obesidad es un serio problema entre un 47% de los hispanos, en EEUU. Y aunque es sabido que esta condición puede favorecer enfermedades como la diabetes tipo 2 y las fallas cardíacas, ahora la ciencia habría dado con otro inesperado efecto negativo: alteraría el sentido del olfato. Mira lo que halló un estudio.
Menos olfato, por la obesidad
Las personas con obesidad tendrían menor capacidad de detectar y diferenciar los olores, comparados con quienes tienen contextura física delgada, asegura un estudio publicado en la revista Obesity Reviews.
“Cuanto mejor puede oler una persona, más probable es que sea delgada; y viceversa”, refirió el Dr. Mei Peng, autor principal del estudio, consultado por el sitio MedicalNewsToday.
¿A qué se debe? Según creen los investigadores, la obesidad alteraría el metabolismo, afectando las vías de comunicación naturales entre el intestino y el cerebro.
Para llegar a estas conclusiones, científicos de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, analizaron datos de investigaciones previas acerca de 1,500 personas con sobrepeso.
La importancia del olfato
El olfato tiene un rol fundamental a la hora de determinar los comportamientos alimentarios de las personas. Sucede que este sentido, influye en el modo en que identificamos y elegimos entre distintos sabores, agrega MedicalNewsToday. Precisamente por ello, tener un débil sentido del olfato podría llevar a comer de manera poco saludable, aumentando el riesgo de obesidad.
“Por ejemplo, estas personas podrían elegir o sentirse más atraídas por alimentos más salados o con mayor sabor, como el tocino o la miel de maple, en vez de opciones como el cereal bajo en grasa con menos azúcar”, concluyó el Dr. Mei Peng, según el portal.
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