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Cómo hacer equipo con otros padres para criar niños amables, fuertes y reflexivos | Today

Mantener una fuerte relación de cooperación con los padres de tu comunidad puede ayudarte a criar niños amables, fuertes y reflexivos.

Mi hijo, su mejor amigo y otros dos chicos, un niño en el grado de mi hijo y el hermano menor de ese niño, corrieron junto a mí en el patio de juegos en una hermosa tarde de domingo, riendo y jadeando como cachorros. Rodaron por el pasto y los miré mientras continuaba hablando con la madre de los dos hermanos que jugaban con mi hijo y su amigo.

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Después de nuestra tarde de juego, mi hijo y yo nos desviamos hacia la tienda de comestibles y comenzamos a revisar la lista de compras cuando la madre de su mejor amigo me llamó. Ella y yo nos conocimos mientras caminábamos con nuestros bebés por el vecindario, cuando nuestros hijos solo tenían unos meses, y ahora ambos niños son como hermanos.

Foto: Getty Images

Ella me explicó que cuando su hijo regresó a casa desde el patio de juegos, estaba muy molesto, porque aparentemente uno de los otros chicos tuvo la idea de ir tres contra uno en un juego de pelota. Detuve el carrito y me dirigí a mi hijo para preguntarle al respecto. Se avergonzó y rápidamente se dio cuenta de lo que estaba hablando. Le expliqué que la definición de intimidación es un desequilibrio de poder, y que él había contribuido a la situación al defender a su amigo. Había participado en una actividad que hería los sentimientos de su amigo y su orgullo.

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Pagamos nuestras compras rápidamente y de camino a la casa de su amigo, practicamos una disculpa para el niño. Cuando mi hijo vio a Daniel, cantó una pequeña canción que dice así: "Decir que lamento es el primer paso... ahora, ¿cómo puedo ayudar?". El punto es que la disculpa en sí no es suficiente a menos que ambos entiendan cómo mejorarán la situación si se presenta la próxima vez.

Foto: Getty Images

Mi hijo y yo hablamos sobre lo que significa ser un buen amigo y la lealtad, y defender a alguien que está en desventaja. Y cómo ser lo suficientemente fuerte para ponerse de pie y ser el único que va en contra de la corriente cuando otros toman malas decisiones. Sé que estas son lecciones de por vida y, a veces, son conceptos difíciles de entender para los niños. Sin embargo, con el tiempo, y reforzando este rol, sé que lo logrará.

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Mi hijo se disculpó con su amigo y se abrazaron. Son como hermanos, después de todo; tan jóvenes como son, entienden que cometerán errores. Tal como lo prometimos en nuestra conversación en el automóvil, le pregunté a mi hijo todos los días de esa semana después de la escuela qué hizo para ser un buen amigo ese día. A medida que jugamos varios escenarios, su sentido de lealtad comenzó a crecer y se está convirtiendo en un defensor feroz.

Foto: Getty Images

Una parte importante de esta ecuación son las relaciones que tengo con las madres de los amigos de mi hijo. Tenemos un acuerdo de que si uno de nuestros hijos dice o hace algo que hace daño a otro, nos lo diremos. Si no lo sabemos, no podemos resolverlo. También he tenido esta conversación a la inversa: mi hijo ha recibido palabras o comportamientos hirientes y he llamado la atención de la madre de ese niño con gracia y perdón, tal como lo han hecho conmigo.

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Como pueblo, como equipo, podemos criar niños amables, fuertes y reflexivos. Requiere una franqueza y buena disposición para dar y recibir comentarios en nombre de nuestros hijos, porque sabemos que no siempre saben la forma correcta de responder a una situación, y no podemos estar a su lado en todo momento. A medida que envejezco, más me doy cuenta de la importancia de la comunicación abierta y de acercarme a los demás con la idea de que estamos todos juntos en esto. Por mi cuenta, no soy una experta en este tema de la crianza de los hijos. Todos juntos, hacemos un gran equipo.

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