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¿¡Constipación!? y otras 3 consecuencias inesperadas de una mala postura

Cuando tienes una mala postura, no solo tu espalda, tu cuello y tus hombros lo sienten. Descubre qué otros problemas podría traerte.

Nuestras madres nos lo repetían hasta el cansancio: “Siéntate erguido”, “Párate recto”… Como en muchos otros aspectos de la vida, debemos reconocer que ¡tenían razón!

Una mala postura no solo haría sufrir a tu espalda, tus hombros o tu cuello. Además, te traería múltiples problemas, totalmente inesperados. Mira.

1. Incontinencia

Una mala postura puede estimular la incontinencia por estrés, es decir, aquella que se produce cuando te ríes o toses, por ejemplo. ¿Por qué? Pues, al encorvarte aumentas la presión sobre tu abdomen y, a su vez, sobre la vejiga, explica Meghan Markowski, terapeuta física del Hospital Brigham and Women's, en el sitio de la Universidad de Harvard.

2. Acidez y digestión lenta

Sentarte mal después de una comida podría provocar acidez. Nuevamente, la causa sería la presión que se ejerce sobre el abdomen, que podría entorpecer la digestión, añade el portal.

3. Constipación

Esto sí que es inesperado: una mala postura en el retrete ¡podría promover el estreñimiento! Evita sentarte con los hombros inclinados hacia delante y tus rodillas más bajas que tus caderas: esta posición cerraría el ano y le haría más difícil a los músculos abdominales empujar las heces hacia fuera, advierte Markowski.

4. Fatiga

La postura también puede influir negativamente en tus niveles de energía, avisa la Dra. Stacey Pierce-Talsma, profesora asociada en la Universidad Touro en Vallejo, California, en el sitio US News.

Al pararnos o sentarnos mal, añadimos tensión y peso a ciertas partes del cuerpo, lo cual acaba desgastando huesos, articulaciones y ligamentos. Esto, además, podría hacernos sentir fatigados más rápidamente. ¿Por qué? Pierce-Talsma explica que desperdiciamos mucha energía en tratar de mantener y compensar una mala postura.

Tips para corregir nuestra postura

Markowski aconseja llevar los hombros hacia abajo y hacia atrás, y la cabeza hacia atrás. Comprime los músculos del centro del cuerpo: empuja tu ombligo hacia adentro, como si quisieras “adherirlo” a la columna vertebral. Los abdominales deben actuar como un “corsé” alrededor de tu columna, manteniéndote erguido.

Recuerda checar tu postura cada 30 a 60 minutos. Y no dudes en consultar a tu médico si tienes dudas.

Hacer ejercicio en el agua puede ayudarte a cuidar tu espalda. Conoce más beneficios, en el siguiente video:

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