La maternidad subrogada ha abierto un mundo de posibilidades en el seno de las familias. Ahora los bebés pueden ser gestados en vientres ajenos, extraños o tan familiares como una tía.
Es el caso de Alejandra Salcedo, una mujer argentina que marcó todo un hito en su país al llevar en su vientre nueve meses a la hija de sus cuñados.
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Paola Ceballos y Víctor Hugo Leiva, contaron a Entremujeres la particular travesía de emociones que vivieron en su familia desde que se atrevieron a pedir a la hermana del esposo de Paola, que les “prestara” su matriz para realizar su meta como pareja de concebir un hijo.
“Fue una respuesta muy bien analizada y digna de su personalidad. Ella es muy pensante, tiene un criterio muy amplio y jamás dice algo porque sí”, contó Paola que fue diagnosticada a los 15 años con el síndrome de Rokitansky, un padecimiento en el que un útero pequeño es incapaz de albergar un bebé.
Según la ahora madre de una niña de nombre Mechi, su cuñada se tomó unos meses para pensarlo, pues ella ya había procreado tres hijos. Su respuesta positiva solo fue el principio de un largo proceso burocrático para lograr el visto bueno de las autoridades argentinas.
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La abogada de la familia solicitó en 2014 la autorización, pero no fue hasta finales de 2015 que una jueza otorgó el permiso.
De acuerdo con Babygest, en Argentina aún hay un marco regulatorio poco claro respecto a la gestación subrogada, ya que al no haber ninguna ley explícita que la permita, no se considera legal, pero tampoco hay una prohibición estipulada, de tal suerte muchos casos se han resuelto por la vía de los tribunales y de forma individual.
Una vez que los Leiva Ceballos superaron la parte legal y se implantó el embrión en el útero de Alejandra, el proceso de gestación se realizó con relativa tranquilidad y los padres siempre acompañaron en todo a la tía gestante.
Tras dar a luz, Alejandra aseguró que siempre tuvo muy en claro cuál era su papel en todo el proceso.
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“Siempre tuve en claro que la panza era de Paola y Víctor y cuál era el rol de cada uno. Es increíble, pero tuve sensaciones distintas que en los embarazos anteriores. Leí que otras mujeres subrogantes lo vivieron de la misma manera”, expresó a la publicación argentina desde Bariloche, donde reside.
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Los hijos de la flamante tía estuvieron siempre al tanto de la situación y la comprendieron a plenitud. “Le dijimos que la tía tenía su panza enfermita y que entonces yo le prestaba la mía. No tuvo ningún conflicto con eso. Los chicos lo ven como parte de la vida. Ahora, los tres están fascinados con la beba”, expresó.
Ahora Paola y Hugo son felices padres de una saludable niña. Su deuda con Alejandra, será para toda la vida, aseguran: “Un ‘gracias’ nos quedaba corto y sigue siendo poco para compensar lo que hizo por nosotros”, concluyó Paola.
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