El estrés de los preparativos, la ausencia de algún ser querido, la típica discusión familiar... En las fiestas, muchos son los motivos que pueden afectar nuestros sentimientos y llevarnos a buscar consuelo en la comida. Esto es el hambre emocional. ¡Entérate!
Comerse los sentimientos
Si alguna vez has tenido el impulso de “atacar” la nevera para calmar tu angustia (pero no el apetito), podrías haber experimentado el hambre emocional. Es decir, el impulso de recurrir a la comida para sentir confort, aliviar el estrés o recompensarte, detalla el sitio Help Guide.
Pero si bien los alimentos pueden brindar cierta satisfacción temporal, los sentimientos que desencadenaron las ganas de comer siguen allí, esperando para volver a aflorar. ¡Así como el impulso de calmarlos llenando el estómago!
Cuando la situación se reitera, y especialmente si se recurre a alimentos ricos en grasas y azúcares, puede conducir al sobrepeso.
Para controlar esta urgencia por comer
1. Busca algo saludable que hacer hasta que el impulso pase. Sal a caminar o correr, medita, haz ejercicios de respiración o alguna tarea doméstica, sugiere el sitio WebMD.
2. Identifica tus disparadores. ¿Qué sentimientos te llevan a comer? Cuando lo sepas, busca otra forma de “alimentar” estas emociones, agrega Help Guide:
• ¿Te sientes solo? Llama a alguien que pueda hacerte sentir mejor o juega con tu mascota.
• ¿Sientes ansiedad? Elimina los nervios bailando o con una bola antiestrés.
• ¿Estás agotado? Mímate con una taza de té caliente, date un baño o enciende algunas velas aromáticas.
• ¿Aburrido? Lee un buen libro, mira una comedia, sal a dar un paseo o haz alguna actividad que disfrutes.
Las fiestas de fin de año también pueden llevarte a comer sin hambre. Apunta algunos trucos de la Asociación Americana del Corazón para evitarlo, haciendo click en el siguiente video.
3. Cuenta hasta 5 antes de rendirte al plato de comida. Incluso si sientes que el impulso te controla, hacer una pausa te dará tiempo para reflexionar y hacer una elección más saludable.
A veces, buscar alternativas o distracciones no funciona. Por eso, si sientes que el hambre emocional te controla, pide ayuda profesional.
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