Que a tu hijo no le vaya tan bien en la escuela puede ser muy frustrante. O tal vez tiene buenas calificaciones pero crees que hace el mínimo esfuerzo necesario y quieres que se sienta más motivado. Checa algunos consejos seguro te ayudarán...
● Mantén una relación abierta con tu hijo.
Para tener influencia sobre él, castigarlo, amenazarlo y manipularlo son técnicas poco efectivas, explica Debbie Pincus, terapeuta, en el sitio Empowering Parents. En cambio, intenta mantener una actitud respetuosa y positiva, aunque sientas ansiedad o frustración.
● Sé amable pero firme.
En la misma línea, Pincus sugiere evitar el control y el castigo. En cambio, intenta ser consistente y ayudar a tu hijo, apoyándolo y alentándolo en lugar de regañarlo.
● Enséñale habilidades de organización.
Tu pequeño no tiene por qué saber cómo organizarse. Muéstrale cómo usar una agenda, un calendario y cualquier otra herramienta que le pueda servir, como se aconseja en el sitio Kids Health.
● Establece una rutina de estudio.
Deja que tu hijo ayude a decidir en qué horario estudiará y hará la tarea. Una vez establecida la rutina, debe repetirse a la misma hora todos los días, se indica desde el sitio News for Parents. Aunque los niños a veces protesten, la estructura y la constancia los ayudan a prosperar.
● Deja que tome decisiones sobre la tarea.
Además de elegir el horario del día que más le guste para estudiar, como por la mañana temprano o después de comer, también puede escoger en qué lugar de la casa hacerlo. ¿Lo que no puede elegir? ¡Si estudiar o no!
● Aliéntalo verbalmente, ¡no con premios!
Elimina las recompensas monetarias así como las materiales (como ir a tomar un helado después de estudiar). En cambio, utiliza palabras para alentarlo y para describir el comportamiento que deseas que repita, se sugiere en el sitio mencionado.
● Da el ejemplo.
Por último, de ahora en más cuando tu hijo haga la tarea intenta hacer cosas productivas tú también, o al menos silenciosas. Puedes lavar los platos, trabajar, ordenar la casa o leer un libro. Evita aquello que pueda distraerlo. Después de todo, ¿quién puede concentrarse con la televisión de fondo?
Si necesitas más ayuda, prueba hablar con los maestros de tu hijo o con un consejero de su escuela.
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