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¿Qué es la obesidad? Personas en riesgo, cómo prevenirla y ejemplos de casos

Aproximadamente 1 de cada 3 adultos y 1 de cada 6 niños están clasificados como obesos. Aprenda más.

¿Cuál es el problema?

La obesidad es uno de los principales problemas de salud pública en los Estados Unidos. Aproximadamente 1 de cada 3 adultos1 y 1 de cada 6 niños2 están clasificados como obesos. La obesidad puede exponer a las personas al riesgo de sufrir alguna de las cau-sas principales de muerte en los Estados Unidos, entre ellas: enfermedades cardíacas, determinados tipos de cáncer, y derrame cerebral, así como colesterol alto, diabetes tipo 2, apnea del sueño, y otras consecuencias negativas para la salud física y mental3. Los costos anuales de atención médica por obesidad en los Estados Unidos ascendieron aproximadamente a $147 mil millones de dólares en el año 20084. El desarrollo de la obesidad es un proceso complejo y está influenciado tanto por factores individuales co-mo ambientales. Algunas de las conductas a nivel personal son: predisposición genética, falta de actividad física, dieta poco saludable, problemas médicos, consumo de determi-nados medicamentos4 y hábitos alimentarios de los padres5-6. Asimismo, hay factores ambientales que promueven la obesidad debido a que afectan las decisiones personales relacionadas con la actividad física y el consumo de alimentos, por ejemplo, el escaso acceso a alimentos saludables y económicos, la amplia disponibilidad de alimentos alta-mente calóricos y bebidas azucaradas de bajo precio, y oportunidades limitadas para ha-cer actividad física en lugares seguros debido al delito y los riesgos ambientales7-13.

¿Quiénes corren riesgos?

Una persona es considerada obesa cuando tiene exceso de grasa corporal. En ámbitos clínicos y académicos, habitualmente se utilizan los índices de masa corporal (IMC; peso (kg) / altura (m)2) y los percentiles de IMC específicos por edad y sexo como medidas indirectas de grasa corporal en adultos y niños, respectivamente. Los adultos mayores de 20 años cuyo IMC es de 30 o más son considerados obesos14 (hombres con una altu-ra de 5’9’’ y un peso de 196 libras o más, mujeres con una altura de 5’4’’ y un peso supe-rior a 174 libras)15. Los niños entre 2 y 19 años, con un percentil 95 o mayor de IMC es-pecífico por edad y sexo son considerados obesos16. A pesar de que la obesidad es alta en la población general, existen ciertos grupos demográficos, en particular minorías ra-ciales/étnicas, que se ven desproporcionadamente afectados por la obesidad17. También surgen diferencias significativas de obesidad según el sexo, la edad, determinados facto-res sociales y económicos17, y el lugar donde viven las personas18.

¿Puede evitarse?

La pérdida de peso moderada puede mejorar o prevenir los problemas de salud relacio-nados con la obesidad. Es posible perder peso a través de una mejor dieta y nutrición, una mayor cantidad de actividad física y cambios de conductas relacionados con la sa-lud. Sin embargo, la prevención de la obesidad es especialmente importante en los niños. La promoción de conductas saludables personales, tales como la reducción del consumo de bebidas azucaradas, el tiempo que pasen frente a una pantalla y demás conductas sedentarias, el aumento de la actividad física19 y la elección de opciones de alimentos bajos en grasas sólidas, calorías y azúcar agregada19-20 son un factor central para la re-ducción del riesgo de obesidad en los niños. Los factores de apoyo ambientales, por ejemplo, la promoción de la lactancia materna21-22, las opciones de alimentos saludables y actividad física en la escuela y los ámbitos de cuidado de la primera infancia23 también pueden beneficiar a los niños.

En resumen:

La obesidad es uno de los principales problemas de salud pública en los Estados Unidos, que afecta a un tercio de la población. Los costos anuales de la atención médica relacio-nada con la obesidad superaron los cien mil millones de dólares en el año 2008. La obe-sidad puede causar una gran cantidad de enfermedades, entre las que se incluyen algu-nas de las causas principales de muerte en los Estados Unidos. No existe una única so-lución para prevenir o reducir la obesidad. Se requieren esfuerzos coordinados para atender este complejo problema de salud pública. Algunos ejemplos incluyen mantener una dieta saludable y hacer actividad física a nivel individual, y la promoción de una vida activa y oportunidades de alimentación saludable en las comunidades donde las personas viven, trabajan, estudian y juegan 24-25.

Ejemplos de casos:

Martha trabaja como asesora nutricional en la Clínica Crewmanton. Además del alto riesgo causado por una nutrición deficiente, Martha ha notado que la mayoría de los ni-ños que atiende padecen sobrepeso u obesidad. Durante los últimos tres años, ha aten-dido a Angela, madre soltera de dos hijos varones, uno de 5 años y otro de 3. El hijo más grande de Angela tiene sobrepeso. Martha le indica constantemente a Angela estrategias de nutrición y actividad física para reducir el sobrepeso de su hijo, por ejemplo, aumentar el consumo de frutas y verduras y el tiempo de juego al aire libre, y limitar el consumo de comidas rápidas, bebidas azucaradas y tiempo que pasa frente a una pantalla. Angela nunca había estado preocupada por el sobrepeso de su hijo; de hecho, en su comunidad, tener un hijo que sea ligeramente pesado es considerado un signo de prosperidad y bue-na crianza. De todas formas, le agradece las sugerencias a Martha e intenta implemen-tarlas.

Un día, Angela conversó con Martha acerca de su dificultad para poner en práctica las estrategias recomendadas. Angela no tiene un automóvil y no hay transporte público cerca de su departamento. Ella vive en un lugar donde casi no hay tiendas de almacén ni verdulerías a las que pueda llegar caminando. Hay varios restaurantes de comida rápida cerca de su casa, pero debe tomar algún medio de transporte para llegar a la tienda de almacén más cercana, que está a 10 millas. Por lo general, Angela compra los alimentos en la tienda de la esquina, donde muy pocas veces hay disponibles alimentos frescos, de alta calidad y a un precio accesible. Y la mayoría de las opciones de alimentos que están dentro de su presupuesto no son saludables. Es más, su hijo es quisquilloso para comer y se niega a consumir verduras. Angela tiende a comprar los alimentos que sabe que su hijo comerá para evitar malgastar el dinero.

Hacer actividad física también es difícil porque vive en un vecindario donde se cometen una gran cantidad de delitos y no hay lugares seguros para que los niños jueguen, como plazas y parques de juegos. Angela también es estudiante a tiempo completo y trabaja a medio tiempo, y por lo general está demasiado cansada o no tiene tiempo para hacer actividad física con los niños. Le resulta más fácil encender la televisión para mantener-los ocupados mientras hace su tarea.

El Dr. Robinson, pediatra de los hijos de Angela, también entiende que las estrategias que consisten en consumir alimentos saludables y mantenerse físicamente activo pue-den ser difíciles para aquellas personas que no cuentan con factores de apoyo ambienta-les para tomar este tipo de decisiones. Tanto Martha como el Dr. Robinson trabajan con Angela para aplicar metodologías culturalmente adaptadas tendientes a solucionar el problema de peso de su hijo. Angela comenzó a asistir con sus hijos a clases de cocina saludable dictadas de forma gratuita en la clínica. Los instructores utilizan alimentos comprados en las tiendas locales a las que ella puede acceder fácilmente. Angela tam-bién participa en actividades de un jardín de la comunidad local. Tanto ella como sus hi-jos hacen actividad física al colaborar atendiendo el jardín, donde además pueden obte-ner productos frescos. El Dr. Robinson también ha adoptado medidas para promover un entorno médico saludable para sus pacientes, ya que colocó un expendedor de agua y quitó las máquinas de bebidas gaseosas de la sala de espera de su consultorio.