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Enfermedades del corazón: los factores de riesgo que sí podemos cambiar, tratar o controlar

Factores principales de riesgo que puedes modificar, tratar o controlar cambiando tu estilo de vida o tomando medicamentos.

Humo de tabaco
Los fumadores corren un riesgo de contraer enfermedades cardíacas coronarias que es de 2 a 4 veces mayor que el de los no fumadores. Las personas que fuman una cajetilla de cigarrillos al día tienen más del doble del riesgo de sufrir un ataque al corazón que las que nunca han fumado. Fumar cigarrillos es un poderoso e independiente factor de riesgo de muerte cardíaca repentina en pacientes que padecen de enfermedades coronarias del corazón. El fumar cigarrillos también actúa junto con otros factores de riesgo para aumentar en gran medida el riesgo de enfermedades cardíacas coronarias. Los que fuman puros o en pipa parecen tener un riesgo más alto de muerte a causa de enfermedades coronarias del corazón (y posiblemente ataques al cerebro) pero ese riesgo no es tan elevado como el de los fumadores de cigarrillos. Exposición al humo de otros fumadores aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas aún para los no fumadores.

Colesterol alto
A medida que aumenta el nivel de colesterol en la sangre, aumenta también el riesgo de enfermedades cardíacas coronarias. Cuando se hallan presentes otros factores de riesgo (como alta presión arterial y humo de tabaco), este riesgo aumenta aún más. El nivel de colesterol de una persona se ve afectado además por la edad, el género, el factor genético y la dieta. Aquí verás dónde deben estar esos números:

  • Colesterol Total: menos de 180 mg/dL

  • Colesterol de baja-densidad-lipoproteína (LDL) = colesterol "malo": Se considera que un bajo nivel de colesterol de tipo LDL es bueno para la salud del corazón. Sin embargo, tu nivel de LDL no debe ser el factor principal que guíe el tratamiento para prevenir ataques al corazón y derrames cerebrales, según las directrices más recientes de la American Heart Association. Para pacientes que toman estatinas, las directrices dicen que ya no necesitan bajar su nivel de colesterol LDL a un número específico como meta. Las dietas con alto contenido de grasas saturadas y tras saturadas aumentan el colesterol LDL.

  • Colesterol de alta-densidad-lipoproteína (HDL) = colesterol "bueno": En el colesterol HDL (bueno), son mejores los niveles más altos. El colesterol HDL bajo te causa un riesgo mayor de contraer enfermedades cardíacas. Personas con altos niveles de triglicéridos en la sangre suelen tener el colesterol HDL más bajo. Factores genéticos, la diabetes tipo 2 y algunos medicamentos, como el bloqueador beta y los esteroides anabólicos, también reducen el nivel de colesterol HDL. Fumar, tener exceso de peso y un estilo de vida sedentario pueden causar una baja en el nivel del colesterol HDL.

  • Triglicéridos: Lo triglicéridos son el tipo de grasa más común en el cuerpo. Sus niveles normales varían según la edad y el género. Un alto nivel de triglicéridos, combinado con un bajo nivel de colesterol HDL o alto nivel de colesterol LDL, se asocia con la ateroesclerosis, que es la acumulación de depósitos de grasa en las paredes arteriales, lo que aumenta el riesgo de ataques al corazón y derrames cerebrales.

Presión alta
La presión arterial alta aumenta la carga de trabajo del corazón, haciendo que se agrande y endurezca el músculo del corazón. Este endurecimiento del músculo cardíaco no es normal, y por tanto hace que el corazón deje de trabajar como debe. Además, aumenta tu riesgo de sufrir un derrame cerebral, ataque al corazón, falla renal y falla cardíaca congestiva. Cuando a la presión alta se agrega la obesidad, el fumar, los niveles de colesterol elevados o la diabetes, el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral aumenta en varias órdenes de magnitud.

Inactividad física
Un estilo de vida inactivo es un factor de riesgo para la enfermedad coronaria. La actividad física regular, desde la moderada hasta la vigorosa, ayuda a prevenir las enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos. Mientras más vigorosa sea la actividad, mayores serán tus beneficios. No obstante, aún las actividades de intensidad moderada, si se las hace regularmente y a largo plazo, ayudan a la prevención. La actividad física puede ayudarte a controlar el nivel de colesterol en la sangre, la diabetes y la obesidad, y sirve también para reducir la presión arterial en algunas personas.

La obesidad y el exceso de peso
Las personas que tienen exceso de grasa corporal, especialmente si mucha de la grasa se encuentra en la cintura, tienen más probabilidades de contraer enfermedades cardíacas y del cerebro aunque no tengan otros factores de riesgo. El exceso de peso recarga el trabajo del corazón porque usualmente la presión arterial es más alta. Además, el peso excesivo causa una subida de la presión y de los niveles de colesterol y triglicéridos, y una disminución del nivel del colesterol HDL, el “bueno”. También hace que sea más probable contraer diabetes. Es posible que muchas personas obesas y con sobrepeso tengan dificultades para bajar de peso, pero si logran rebajar su peso, aunque sea en un 10%, pueden disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca.

Diabetes mellitus
La diabetes aumenta gravemente tu riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Aún cuando los niveles de glucosa están controlados, la diabetes aumenta el riesgo de ataques al corazón y al cerebro, pero los riesgos son aún mayores si no se controla bien el nivel de azúcar en la sangre. Al menos el 65% de las personas con diabetes mueren a consecuencia de alguna enfermedad del corazón o de los vasos sanguíneos. Si tienes diabetes es sumamente importante que trabajes con tu proveedor de atención a la salud para manejarla y controlar otros factores. Las personas con sobrepeso deben perder peso para mantener el azúcar en la sangre bajo control.