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¿Estás preparado para abandonar tu dieta baja en grasas? No te apresures

Reconocido cardiólogo discrepa en debate sobre la ingesta de más grasas.

Un nuevo libro que desafía la idea de que los alimentos de alto contenido graso son malos para la salud ha captado mucha atención en la prensa, a la vez que ha generado visiones de filetes, pizza y helados en las mentes de aquellos que luchan por mantener buenos hábitos alimenticios. Sin embargo, el reconocido cardiólogo Dean Ornish, autor de un programa de intervención del estilo que incluye una dieta baja en grasas estricta, ejercitación regular y reducción del estrés, advierte que, a la hora de comer sano, si suena demasiado bien para ser verdad, probablemente lo sea.

“Me encantaría poder decirle a la gente que puede comer lo que quiera y que así va a vivir una larga y saludable vida, pero eso, sencillamente, no es verdad”, dice Ornish, con un toque de exasperación. Comenzó con Bob Atkins y luego Gary Taubes (quien escribió el muy vendido Good Calories, Bad Calories), y, ahora, Nina Teicholz (autora del recientemente publicado The Big Fat Surprise: Why Butter, Meat and Cheese Belong in a Healthy Diet). A la gente le encantaría escuchar que la Manteca y el filete son alimentos saludables, pero no lo son. Sencillamente, no lo son”.

Ornish se pasó la vida investigando —y promocionando sus beneficios para la salud— su programa de intervención del estilo de vida, un régimen más bien austero que incluye que el individuo obtenga no más del 10% de sus calorías de grasas, se ejercite 30 minutos diarios, reduzca el estrés a través del yoga o la meditación, y mejore sus relaciones personales.

El último estudio, realizado conjuntamente con la ganadora del Premio Nobel Elizabeth Blackburn y que fuera publicado hace unos pocos meses en la revista Lancet Oncology, halló que los hombres que siguieron el programa de Ornish aumentaron significativamente la longitud de sus telómeros, que son pequeñas regiones de ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas y que regulan el envejecimiento de la célula. “Este fue el primer estudio que mostró que cualquier intervención puede, de hecho, aumentar la longitud de los telómeros, lo que, en un sentido, revierte el envejecimiento a nivel celular”, según Ornish.

Estudios previos mostraron que el programa puede revertir cardiopatías, diabetes tipo 2 e incluso cáncer de próstata en estadios tempranos.

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