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El Blog de Maritza Rodríguez: Manteniendo la calma en tiempos de caos

¿Qué pasa cuando son nuestros propios hijos los que nos llevan al punto de enloquecer?

Como adultos, constantemente nos enfrentamos a situaciones que de alguna manera nos sacan de nuestras casillas: relaciones personales, situaciones en el trabajo y/o las finanzas del hogar, roces con familiares, etc. Si tenemos suerte, siempre hay alguien a nuestro lado que nos recuerda que no debemos perder el control y como adultos que somos, procuramos en cierto punto calmarnos y buscarle una salida a la situación.


¿Pero qué pasa cuando son nuestros propios hijos los que nos llevan al punto de enloquecer? ¿Cuál es la mejor manera de resolver una situación cuando debemos, como madres, ser las que calmemos una situación que de por sí nos está quitando la calma?
 


Lo irónico del tema es que cuando somos niños, vemos a nuestra mamá como una heroína que todo lo sabe, que siempre tiene la solución acertada y que de una u otra manera logra siempre regresarnos la tranquilidad. Pero ahora que yo estoy en el rol de madre y no de hija, me doy cuenta que de este lado de la historia la realidad es todo lo contrario.

 

 

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En mi caso en particular, y seguro muchas madres de bebés se relacionarán con esta situación, los peores momentos con mis hijos pasan cuando se enferman (y de paso se enferman por lo general los dos al mismo tiempo!).  Sientes que los días y las noches son interminables al verlos llorar incansablemente, hacer berrinche porque si y porque no también, y sentirlos incomodos hasta en tus propios brazos. Cualquiera, y me sumo a esa lista, pierde la calma en momentos así.  Lo importante sin embargo, es darte cuenta y aceptar que estás perdiendo el control para que puedas corregir tu abordaje a este momento de caos que de alguna manera debes aguantar y resolver.

 

Esta semana mis bebés se enfermaron de un virus estomacal. Esto encima de que con el cambio de casa ahora que estamos pasando una temporada en México, se sienten incómodos y extraños en el entorno en que están, lo que hace que ya estén de por sí muy irritables. De veras que hago todo para que se adapten y estén felices, mi prioridad es ayudarlos para que no se sientan mal y estén calmados, pero... entre gritos y llantos ¿cómo no pierdes el control?

Les confieso que tuve mis momentos en que casi perdía la partida, pero luego retomaba con la conciencia correcta y ponía en práctica estas herramientas espirituales que me han servido mucho. Aquí las comparto con ustedes:

 


1. Piensa que en esos momentos lo que tus hijos más necesitan es amor.
 


2. El llanto en los niños es una de sus maneras de comunicación, en el caso de los bebés es su única manera. Ellos solo están tratando de explicarte un malestar que ni ellos entienden por qué lo sienten.
 


3. Toma estas situaciones como pruebas para aprender a manejar tu autocontrol. Esta es una lección que podrás aplicar para cualquier situación que te saque de tus casillas. Respira, aísla en tu mente el ruido y la euforia que no te dejan pensar claramente, y aprende a sentir a tus hijos y a comunicarte con ellos de una manera más profunda.


4. Desarrolla tu intuición y permite ese espacio para que El Creador te dé la claridad de resolver. Lo haces de una manera tan simple como decir: "Dios, ayúdame a ayudar a mis hijos. ¿Qué hago?".
 


5. Ten la certeza de que la situación es temporal y que eventualmente todo estará bien.
Siempre tengan presente que como mujeres somos seres de luz. Nuestros recursos internos son más poderosos de lo que nos imaginamos, la clave es escuchar y no descartar la información recibida y seguirla. Muchas veces hacemos oídos sordos a esa voz interior que amorosamente nos da la solución. La intuición viene de la fe, de darle espacio al Creador para que se manifieste.

 

 

Cuando creemos en esto y reconocemos nuestro poder interno, obtendremos el valor necesario para enfrentarnos con lo que sea que tengamos ante nosotros. Con la ayuda de Dios los gigantes se hacen pequeños y es ahí cuando éstas pruebas se convierten en maravillosas conquistas que provocan un avance espiritual, y todo por una situación que antes veíamos como insostenible y hoy nos lleva a ser mejores madres, esposas, amigas, hermanas, etc. Ten siempre una actitud positiva que te ayude a ver que todo lo que sucede es para bien.


 

Espero que mi experiencia te logre inspirar un poco más. Seguiremos en contacto y me encanta compartir este espacio contigo.

 

 

¿Cómo ha sido tu experiencia? ¡Quiero saber!

 

 

Puedes preguntarme usando el hashtag #ElBlogdeMaritzaRodriguez

 

Besos,

 

Maritza.

 

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