Hace unos días, Ángela Conesa, una española de Murcia, compartió en Facebook dos fotos que se volvieron virales, en ellas mostraba con indignación una carta de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores de Cartagena y en otra su respuesta con respecto al diezmo que ella se negaba a pagar para que su hijo hiciera la primera comunión.
Uno de los numerales de la carta de la parroquia dice que las familias “irregulares a los ojos de la Iglesia” no pueden recibir la comunión. A lo que la española responde, “me han prohibido tomar la comunión por estar divorciada, pero no han dejado de darme un sobre para que haga un GENEROSO donativo” y adjunta la foto de la carta de su respuesta.
En ella explica que no va a dar ninguna donación ya que “tanto mi dinero como mi persona no entramos dentro de lo que la Iglesia considera normal” y firma como madre divorciada e irregular. La foto tiene más de 126.000 likes y ha sido compartida un número similar de veces. Conesa declaró al periódico de La Opinión de Murcia que al final no comulgó en la misa porque estaba indignada, y se dio totalmente por aludida con la carta de la parroquia.
A partir del éxito de la publicación en Facebook, la Diósicesis de Cartagena también respondió por el mismo medio diciendo, “si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que contradice objetivamente la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales…”.
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