La imagen es desgarradora: en ella se puede ver a la princesa Diana, de 21 años, llorando inconsolablemente mientras una multitud la rodea. Pero ¿qué fue lo que la quebró?
La fotografía fue tomada por Ken Lennox, en 1983 durante la gira australiana que el príncipe Charles y su esposa realizaron durante seis semanas y en la que visitaron Australia y Nueva Zelanda.
Recientemente el fotógrafo recordó lo que vio el día que tomó esa postal, durante su intervención en el programa 'Inside The Crown: Secrets of the Royals'.
"Yo estaba a casi medio metro de la princesa tratando de incluir en el plano de la foto un poco de la ópera y algo de la multitud, y Diana comenzó a llorar. Lloró durante un par de minutos", recordó Lennox.
El fotógrafo además cree que el príncipe no notó lo que pasaba con su esposa, "No creo que Charles haya notado que Diana estaba llorando. Si se dio cuenta, entonces es típico del príncipe Charles mirar para otro lado", además agregó que la multitud solo le pedía que mostrara a su esposa, algo que, sin duda, le irritó.
Esa envidia que el príncipe sentía por la atención que la prensa y las personas le daban a Diana está muy bien documentada. Sally Bedell, escritora de la biografía de Charles titulada, 'Prince Charles: The Passions and Paradoxes of an Improbable Life', escribió, "Al príncipe le avergonzaba el hecho de que la multitud la prefiriera a ella. Por su parte, Diana se sentía incómoda por el desproporcionado interés en ella, especialmente cuando se dio cuenta de que esto molestaba a Charles".
"Diana no soportó la presión y colapsó, llorando con su dama de compañía y sufriendo en secreto la bulimia. En varias cartas a sus amigos, Charles describió su angustia por el impacto que 'toda esta atención obsesionada y enloquecida estaba teniendo en su esposa", menciona Bedell en su libro.
Esa gira fue muy dura para Diana, así lo menciona su biógrafo Andrew Morton en un artículo que escribió en el 'New York Post', "Fue un aterrador bautismo de fuego. Con tan solo 21 años, la nueva princesa tenía pavor de enfrentarse a la multitud, conocer a los innumerables dignatarios, así como a la legendaria 'pandilla real', el circo mediático que sigue a la realeza por todo el mundo".
Además, ese no fue el único momento en el que la princesa lloró, Morton señala que en el hotel donde se hospedaban rompió en llanto por la atención que recibía y por el malestar que eso generaba en su esposo, "Como me dijo Diana: 'Estaba celoso; entendí los celos, pero no pude explicarle que no pedí ser el centro de atención".
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