Los primeros años de la princesa Diana en la familia real fueron muy complicados, ya que tuvo que aprender sus costumbres; fue por ello que sufrió dos descalabros durante los festejos de Navidad.
Todos los años, la familia real se reúne en Nochebuena en Sandringham Estate, la casa de campo de la reina Elizhabeth. Ahí todos colocan los regalos en las mesas del salón rojo. Estos tienen una característica y es que todos deben ser divertidos o de broma.
En 1981, Diana desconocía esto y a la princesa Ana le obsequió un suéter de cachemira; a cambio, ella recibió una funda de papel higiénico. En 1982, ya conociendo la tradición, le dio a la duquesa Fergie una alfombra de baño con estampado de leopardo.
Diana ya había ganado confianza y en 1985 quiso sorprender al príncipe Charles con un regalo inusual, pero a él le molestó por completo.
Desde que era niña, Diana tomó clases de ballet y siempre mostró grandes aptitudes para la danza, incluso ya casada con el príncipe siguió ensayando en el English National Ballet, según el documental 'Diana: The Woman Inside'.
En una entrevista que dio, confesó, "De hecho, quería ser bailarina, pero sobrepasé la altura por mucho. No podía imaginarme a un hombre tratando de levantarme sobre sus brazos, pero si puedo bailo una vez a la semana".
Ese amor por la danza que sentía lo quiso convertir en un regalo especial para su esposo, así que en total discreción llamó al bailarín inglés Wayne Sleep y le propuso preparar una coreografía de 'Uptown Girl' de Billy Joel y ejecutarla en la gala de Navidad en Covent Garden.
Ambos se prepararon y ensayaron una rutina de tres minutos. La princesa no le dijo nada a su esposo, pues quería que él se sintiera halagado y sorprendido.
Llegó el gran día y cuando Diana estaba sentada junto a Charles frente al escenario, se retiró discretamente. Entonces Wayne Sleep bailó unos segundos solo, y luego Diana apareció bailando, lo que provocó un grito ahogado en los 2,000 espectadores.
El baile fue ovacionado por todas las personas por varios minutos. Sobre este momento, el bailarín dijo en 'Celebrity Big Brother' que él le dijo a Diana que hiciera una reverencia ante el palco real, pero ella no quiso, "Dijo, 'No voy a inclinarme ante él, ¡él es mi esposo!' Y entonces la hice girar y hacer una reverencia, y mientras salíamos corriendo ella me comentó: 'No obtendrás tu Orden del Imperio Británico de esa manera".
En 'Diana: The Woman Inside', Richard Kay, editor general del 'Daily Mail', y que mantuvo una relación de amistad con Lady Di, mencionó que el regalo fue contraproducente para Diana, pues Charles no se tomó muy bien que su esposa actuara frente a 2,000 personas sin consultárselo, "Charles no estaba muy impresionado, porque pensó que ella se estaba luciendo".
Kay también mencionó que bailar fue un gesto muy grande de parte de la princesa, "Pero, de hecho, fue increíblemente valiente de su parte el subir al escenario".
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