IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Willie Colón: Sigue "Malo"

El salsero vuleve con "Malo 2"

Juan Mesa

El salsero Willie Colón grabó la continuación de su primer álbum, "El malo", para evitar el olvido. Su reciente trabajo, "El malo Vol.2: Prisioneros del Mambo", llega luego de 10 años sin grabar un álbum y 40 después de su debut bajo el sello de música tropical Fania Records.

"A lo mejor si espero otros 10 años no va a quedar nadie que me recuerde", afirma Colón durante una reciente entrevista en Manhattan. "Por naturaleza bien puede ser mi último LP. Así lo tengo pensado".

"El malo" apareció en 1967 cuando Colón tenía 17 años, siendo uno de los primeros lanzamientos de Fania. El álbum irrumpió en la escena al reflejar el peligroso ambiente de los barrios latinos de Nueva York y narrar la marginalidad. Vestido de ganster y armado con un trombón, por la influencia del músico Mon Rivera, que había incluido el instrumento en la tradicional plena puertorriqueña, Colón fusionó jazz, rock y ritmos afrolatinos como el mambo y el boogaloo en su debut. "El malo" fue además la primera grabación del cantante más reconocido de la salsa, Héctor Lavoe, al que conoció a través del productor y propietario de Fania, Johnny Pacheco.

La salsa ha pasado por diferentes eras entre un "Malo" y otro. De ser un ritmo emergente de los barrios latinos de Nueva York, se volvió el género tropical más popular en el mundo. Como sello disquero, Fania vivió las buenas y las malas. Lavoe y otras leyendas del género como Celia Cruz, Tito Puente y Ray Barreto fallecieron.

En cuanto a Colón, el chico flaco de cejas pobladas que viste cuello de tortuga rojo en la caratula del primer "Malo" ahora tiene más libras, pelo canoso, un espeso bigote y usa corbata. Pero más allá de los cambios físicos, el tiempo también ha reafirmado sus convicciones como músico.

"En este proyecto hice muchas de las cosas que quería hacer", dice el trombonista, añadiendo que "Vol.2"  es parecido a los trabajos hechos al lado de Rubén Blades y Lavoe en los 70, con "trombones agresivos, buscando injertos, e incluyendo música urbana".

Colón rapea mientras pone beats y loops al lado de sus característicos trombones en la canción "Corazón partido", que es el tema central de una telenovela mexicana del mismo nombre. En "Amor en Internet" explora las relaciones sentimentales de un mundo globalizado entre salsa dura y dem bow.

El neoyorquino considera que el éxito del género urbano se debe a que dice lo que "los jóvenes quieren oír", advirtiendo que para él componer es "decir cosas sucias y sexy pero de una manera elegante".

Aunque, con la excepción de Tego Calderón, le cuesta distinguir entre los artistas del reggaetón, Colón es más crítico cuando habla de la salsa actual.

"No está siguiendo el paso, es una salsa demasiado bubble gum (pop)", dice, además de llamar a las canciones "baladas refritas". En "Vol. 2", Colón insiste con letras sobre historias de vida y la marginalidad como en "Narcomula" y "La mala situación".

"La droga ha sido un factor impactante en mi vida, desde chamaco (niño)", dice al hablar de "Narcomula".  "Dentro de mi repertorio [la droga] está y siempre tenemos una moraleja. A casi todo los maleantes los castigamos de alguna manera dentro de la trama...solo a "Juanito Alimaña" no le pasó nada, sigue arrasando".

Un premio para los fans es el "Héctor Lavoe Medley". La combinación de los clásicos del "cantante de los cantantes" es la cima de sus conciertos. El popurrí incluye "Periódico de ayer", "Todopoderoso" y "El cantante".

Musicalmente, "Vol.2" está lleno de nuevos condimentos. "El brujo" es una prueba de la inmersión de Colón en las consolas digitales que hace 10 años no conoció. La canción tiene un beat electrónico llevando una instrumentación tradicional, un tanto tribal. 

"[En "El brujo"] regreso a las raíces de la música afro boricua", afirma Colón. "El aguinaldo puertorriqueño solo se oye en navidad, igual que la bomba y la plena. No debe ser así porque son importantes para la salsa".

Pero quizas lo más experimental sea "Suite magia blanca". En el tema de un poco más de ocho minutos, Colón es sonero y rapero a la vez, mientras que la pista recorre desde el reggaetón al guaguancó, pasando por la guaracha y el mambo.

"Se necesitaba hacer algo audaz, pero uno no tiene que tener 16 años para ser audaz", afirma Colón. Se ríe. "Se puede ser un viejo audaz, aunque eso no quede bien a veces".