Pertenecer a la familia real requiere de una enorme responsabilidad, pues sus miembros estarán bajo el ojo público todo el tiempo, aunque eso no le importó mucho a la princesa Diana a la hora de convivir con sus hijos Harry y William.
Y es que en más de una ocasión rompió el protocolo por sus hijos, comenzando por dar a luz a un futuro monarca fuera de la casa real, pues era una tradición para los miembros de la realeza tener partos en el hogar, pero Diana dio a luz al Príncipe William en el Hospital St. Mary en 1982, y al Príncipe Harry en el mismo lugar en 1984.
Además, en todo momento trató de que sus hijos tuvieran una infancia normal, con cosas tan simples como llevarlos a comprar hamburguesas, subiéndolos al metro y al autobús, y dejándolos usar jeans y gorras de beisbol.
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