Después de una larga recuperación de tres años de terapia, Camila Fernández, hija de Alejandro Fernández, está lista para volver a los escenarios. Durante una entrevista para el programa "Ventaneando", la joven de 21 años narró su dura experiencia sobre el accidente que la mantuvo siete meses en cama y la hundió en depresión.
Al borde de las lágrimas, la cantante, por primera vez, contó cómo fue que atravesó la amarga y dura experiencia, luego de una caída que provocó fuertes consecuencias en su salud.
Lo que comenzó como un momento de diversión para Camila, terminó en una larga temporada de recuperación, pues la hija del cantante cayó de un trampolín y tuvo que permanecer en cama por meses, para después tomar una terapia que la ayudaría a recuperar la fuerza en los brazos y manos.
Pese a que no se siente cómoda hablando del tema, y llegó a pensar que sus fans sentirían lástima por ella, la joven considera que es importante dar a conocer el motivo por el que abandonó temporalmente su carrera como cantante.
Camila recordó el día en el que, jugando, tuvo una grave lesión en las cervicales que la hizo perder la fuerza en sus extremidades, "Tiene ya tres años, yo tenía 18. Estaba en unos juegos para brincar y caí. También me rompí la nariz y me tuvieron que hacer una operación. Por querer hacer un flip en el aire, caí de cara. Fue la primera vez que intenté hacerlo, así que tengan mucho cuidado", contó la hija del intérprete mexicano.
El inocente golpe resultó en una mala caída que terminó por afectarla más de lo que se pudo imaginar, "Me fisuré unas cervicales, me comprimí unos discos que estaban afectando unas terminales nerviosas muy importantes y perdí la fuerza de los brazos y las manos que, después, con terapia pude recuperar, luego de siete meses en cama", recordó Camila sobre la dura experiencia, y aseguró que, aunque se encuentra mucho mejor, sigue tomando terapia.
El accidente de la nieta de Vicente Fernández ocurrió en 2016, un poco antes de que se presentará con su papá en los Premios Billboard de aquel año, en la que tuvo una presentación con el intérprete de "Me dediqué a perderte", sin embargo, la joven aseguró que no se sentía lista para estar en el escenario.
"Me pesaba el micrófono, porque perdí la fuerza de las manos. Me acuerdo, que no estaba al cien y estaba muy nerviosa. Fue la vez que canté con mi papá 'El ciclo sin fin', y le dije, 'sabes qué, no sé'", mencionó.
"Gracias a Dios, la acupuntura me ayudó muchísimo para recuperar la fuerza porque tenía la fuerza de un niño de tres años, se consumió todo el músculo, sí fue difícil", añadió la joven.
No solo su estado físico se vio afectado con el accidente, también su estado emocional, pues Camila asegura que la situación la llevó al límite, "Me daban medicinas muy fuertes, me la pasaba dormida y Júpiter (su mascota) me despertaba para comer y bañarme", reveló la cantante, quien dijo que, el apoyo incondicional de su familia fue algo que le ayudó demasiado.
"Tuve que ir a muchas terapias, me topé con pared, me desesperé mucho, y sí me sentí inútil. Sufrí una depresión muy fea, que pensé que ya no iba a llegar a nada en mi vida", recordó con tristeza.
Sin embargo, la ayuda de su madre, América Guinart, quien le dio recomendaciones para superar la depresión, fue un factor importante para su total recuperación, la cual comenzó con poder realizar cosas tan sencillas como tomar una ducha.
El recuperar las cosas básicas, pero fundamentales en su vida, aunque fuera de una forma gradual, le dio una esperanza a Camila para poder continuar y recuperar la ilusión por vivir.
Con esta experiencia Camila no solo fortaleció nuevamente su cuerpo, también lo hizo su espíritu, y actualmente está lista para regresar de lleno a los escenarios con nuevo material discográfico.
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