La cantante estadounidense Billie Eilish confesó a la revista Rolling Stone, que lidiar con el éxito y sus problemas emocionales no ha sido fácil. Aunque ama lo que hace, reconoció que la fama en ocasiones le ha agravado la ansiedad y depresión que padece desde niña.
"Tengo un trabajo increíble, amigo. Realmente lo tengo. Las cosas que he hecho en mi carrera han sido increíbles", declaró la joven artista.
A la edad de 12 años, Billie logró sumarse como bailarina en un grupo de competencias de baile y aunque fue un completo logro, en su momento ella no lo vivió así. Luchaba día tras día con la distrofia corporal que le fue diagnosticada, ella se veía completamente diferente a como los demás la apreciaban, según comentó, no podía ni verse en el espejo.
Todo eso empeoró cuando se fracturó su cadera en una clase de Hip-Hop y tuvo que dejar de bailar, ahí fue cuando la depresión tomó más fuerza en su vida, incluso llegó a pensar que merecía vivir ese dolor.
Aunque siempre ha sido una chica linda, su mente jugaba con ella y comenzaron a empeorar esos desórdenes afectando por completo su autoestima. Billie ha tenido que trabajar y sobreponerse de esos malos pensamientos que en ocasiones llegan; sabe que ahora es más difícil porque está en el ojo público.
"Me ha encantado la atención toda mi vida... pero no creo que nadie sepa qué es realmente la fama. Porque si hubiera querido ser famosa, no quería que fuera así", confesó Eilish.
A los 15 años los ojos de millones se posaron sobre ella gracias a su música, y aunque todo para la gente que la veía y admiraba iba mejor que nunca, ella no lo veía de esa manera.
En esta sincera entrevista dejó entrever que hubo ocasiones en las que cortó su cuerpo para aliviar el dolor que sentía. Actualmente esas heridas han sanado pero Billie recordó que algunas de sus amistades en el medio del espectáculo, aún lucen cicatrices y eso la entristece porque sabe que en algún momento ella hizo lo mismo.
Actualmente está viviendo el éxito de su gira "When We All Fall Asleep" pero la depresión y ansiedad no se han ido, al contrario, según relató en confianza con la publicación, ha estado viviendo uno de sus peores momentos.
Ha llorado sin aparente razón y vomitado por los ataques de ansiedad que le dan. Dejar de dormir es una constante que sin duda le preocupa.
Billie sabe que está en un lugar muy privilegiado, pero no encuentra la manera de lidiar con tanta fama. Su gira terminará en noviembre y quizá se dé un descanso para reencontrase, aunque eso no es un hecho.
Seguramente festejar su cumpleaños número 18 en diciembre junto con su familia, podría darle un poco de estabilidad a sus sentimientos y claridad a su mente.
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